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viernes, 8 de febrero de 2013

Das Jahr, in dem wir schwerpunktmäßig Leben


La Filologa Hispanica que surgió del frío de Bochum: José, ¿puedes quedar un poco antes?, ¿a las 17,30 h?

El que se estremece con el ruido y la furia de IRON MAIDEN: Aunque prefería quedar cuando faltasen “2 minutos para la medianoche”, no tengo inconveniente en quedar a la hora señalada por la dama.



El 8 de Febrero de 2012 cuando, SMS mediante, envie mi sui generis respuesta a mi querida amiga Sheila no podía imaginar que minutos después mi vida cambiaría para siempre, y es que fue ese bendito día cuando la dama que actualmente ilumina mi camino con “La llama eterna” – al grito, yo no quiero ser tu amiga, yo quiero ser algo más - se AVALANCHo sobre mí y, como cantaría Leo Jimenez “La Bestia” (ex – frontman de SARATOGA), tras quemar con su fuego mi hielo me abrió “Las puertas del cielo”.


Aunque fueron de lo más agradables las noches durante las cuales, a la señal “Saluda y Mata” combati junto a “El soldado de caballeria”, lo cierto es que ninguna fue tan grandiosa como la del 11 de Febrero, aquella en la que, en ese selecto local de hostelería que es el ROCK INFERNO, por cortesía de la front – woman de mi banda de heavy – metal, me sentí tan grande como Bon Scott, ese pequeño gran hombre en cuyo honor suenan “Las campanas del Infierno”.


En el mes en el que millones de personas, ya sea con cerveza o con “Whisky en la jarra”, brindan por la memoria de San Patricio, este cowboy confirmo que, mientras cabalgase junto a él la chica con la que tantas tardes compartió en el Café Ebano, sus Demonios y sus Fantasmas – ni recurriendo a los servicios de “Los siete magníficos” y “Los 4 Fantásticos” – conseguirían volver a aTHORmentarlo.


Abril, el mes en el que celebramos que un año antes, concretamente el día 22, por cortesía de la adaptación cinematográfica de “ Águila Roja”, comenzó una bonita amistad que derivo en algo más, acabar en Leorio bajo el manto de una noche tan oscura como sus cabellos provoco que “La admiradora de la obra de Lope de Vega” se plantease muy seriamente irse lejos de la civilización siguiendo a “El guía del desfiladero” que esto escribe.


Fue en Mayo cuando se cumplieron mis 100 primeros e inolvidables días junto a la dama con la que, bajo el cielo sobre Bochum camino a “La sombra del viento”, y a la que en un futuro próximo, como buena aficionada a la lectura que es, seguramente no le importaría dormir en “La librería de las nuevas oportunidades” y utilizar como almohada la novela de caballeria que narrara las andanzas que vivio junto a su caballero.


La playa de Poniente fue el lugar donde, “Rayando el sol”, este admirador de las hazañas bélicas de Hernán Cortes volvió a disfrutar de los calores estivales junto su Malinche, junto a la mujer que comanda las tropas a cuyo lado el año anterior, con la excusa de ver desembarcar allí a los infantes del Cuerpo de Marines, instalo su cuartel general.


Si bien mi vida es una película de “Arte y ensayo”, lo cierto es que, durante el mes de Julio, fue una superproducción tan grandiosa como “El CID”, la obra maestra que Anthony Mann rodó basándose en la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, el “Legendario” mercenario que, durante el destierro al que fue condenado por Alfonso VI, atravesó las calles de Burgos, la ciudad castellano – leonesa que entre los días 11 y 16 de Julio fue testigo de los inolvidables momentos que viví junto a mi Doña Jimena.


Dado que después de seis meses la cosecha obtenida fue simplemente inmejorable, la foto elegida para recordar Agosto es la tomada a la sombra de un horreo donde las panollas de maíz bien podrían haber dejado lugar a los centenares de días extraordinarios que germinaron en los campos que regamos con cariño, comprensión y apoyo incondicional.


Aunque todos los meses hasta la fecha fueron inolvidables el que quedo cincelado en La Eternidad fue el de Septiembre, y es que, en el octavo día del séptimo mes juntos, fue cuando decidimos que, emulando al pirata al que llamaban por su bravura El Temido y espoleados por WARCRY, nos enbarcariamos en el galeón - aéreo que “Contra el viento” semanas después surcaría los cielos hasta llegar a las frías tierras de Germanía .


Por muchos Octubres que pasen, sin lugar a dudas, para Sheila y para mi será el Octubre del año de 2012 el más inolvidable puesto que, llegado el vigésimo cuarto día del mismo, dimos el primer paso de la mayor aventura de nuestra vida.


Dado que caminar bajo “La lluvia de Noviembre” es una situación de lo más desagradable fue un alivio para ambos encontrar un lugar al que llamar hogar, y del que, meses después, puedo decir que es para mí una pequeña porción de El Cielo gracias a El Ángel que me espera en él y cuyo recuerdo me da calor cuando estoy “Volviendo a casa” tras una salida en plan “lobo solitario”.


Aunque el que esto escribe nunca tuvo “espíritu navideño” tengo que reconocer que las Navidades 2012 fueron simplemente inolvidables. Y es que los paseos por los mercadilllos navideños y por las calles que la nieve cubrió fueron motivos más que suficientes para que “¡Que bello es vivir!” fuera el grito que salio de la garganta del que durante la Nochebuena y la Nochevieja, en la mesa de la humilde morada que comparte junto a su amada, por cortesía de esta última, se encontró con manjares que no tenían nada que envidiar a los servidos en las cenas celebradas en majestuosos palacios.


Si durante los meses anteriores llenamos el macuto con extraordinarias e inolvidables vivencias personales, bien se puede afirmar que Enero fue el mes en el que tuvimos la primera prueba de que había sido todo un acierto poner tierra de por medio. Y es que fue el 11 de Enero de 2013 cuando la Volkshochschule de Dortmund tuvo a bien citar a Sheila para una entrevista de trabajo en la que "La leyenda de la RUB" dio sobradas pruebas de su gran valía y razones más que suficientes para lograr un éxito profesional del que en pocas semanas espero y deseo dar el pertinente parte de guerra.


Transcurridos doce meses de relación que han dado para mucho y que ambos recordamos con mucho cariño estoy seguro de que "Nosotros que encontramos el amor" en un lugar sin esperanza, aunque el futuro laboral nos sea adverso, la incertidumbre nos haga zozobrar y sean muchas las heridas que recibamos durante la batalla, hasta el fin de nuestros días y bajo el efecto de los rayos gamma, al unisono gritaremos: "El cielo puede esperar" mientras sigamos siendo los protagonistas de una preciosa novela de caballería.

1 comentario:

  1. Qué bien te veo! Enhorabuena por este año fantástico. Un saludo de un corazón Templario.

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