Fue hace más de un año cuando bajo el cielo sobre Bochum, y tras las cuatro paredes del 1 A del número 98 de Nordring una “Resaca peligrosa” (Gefährliche Brandung) me arrastro a las profundidades de los océanos del tiempo, concretamente a aquel día de hace ahora veintidós años en el que mi buen amigo Jorge Gines y yo, erguidos sobre una tabla de surf, alcanzamos el “Punto de quiebra” entre El Bien y El Mal mientras cabalgábamos sobre olas teñidas de sangre junto al que llamaban Bodhisattva.
Hecha la pertinente introducción, llega el momento de proceder a reseñar la película recomendada por el hermano mayor del tocayo del ser mezquino y cobarde que fue asesinado por el primero de la estirpe de los hijos de Caín, y en la que juega un importante papel aquel al que llamaban como al apache al que encarno el Cherokee que - junto al Teniente Coronel del Cuerpo de Marines que guiado por “Esencia de mujer” recorrió el camino que no veían sus ojos abrasados por la explosión de una granada – participo en la caceria humana cuyo objetivo era capturar a “El cazador” de hombres en la selva de Vietnam, y que fue filmada por un director que responde al nombre de Michael y que, gracias a su maestria para Manntener la tensión cinematografica, me Manntuvo pegado a la butaca del cine en el que – junto al pequeño de los Molinero – vi esa obra maestra del Séptimo Arte que consiguio que fueran muy gozosos los ciento sesenta y cuatro minutos que le dedique durante la tarde de 1996 que precedió a la noche en la que comenzó el mandato del político que, con acento mejicano, habla catalán en la intimidad, y que en 2003 – seducido por el amigo intimo del remiendababuchas que actualmente se dedica a contar nubes – accedió a que la cabra de la Legión intimara con los camellos arábicos que hunden sus pezuñas en las arenas del desierto del país en el que – por cortesía del ruido y la furia de las armas de los que Bushcaban armas de destrucción masiva – muchos de sus habitantes escribieron y escriben su nombre en la larga lista en la que, aún hoy en día, se da fe de las miles de victimas mortales causados por los daños colaterales de la guerra cuyo desencadenante fue el atentado terrorista ideado por Osama Bin Laden.
Las grabaciones reales que protagonizan el prologo fundido en negro con el que comienza la última obra de la que acompaño a “Los viajeros de la noche”, y que dan fe de que - conscientes de que iban a morir, y teléfono móvil, mediante - los pasajeros de los misiles cargados con litros de queroseno que el 11 de Septiembre de 2001 se estrellaron con Las Torres gemelas dedicaron los últimos segundos de su vida a lanzar palabras cargadas con cariño sobre las posiciones de sus seres queridos Dan paso a una escena en la que tras las cuatro paredes de una celda ubicada en un lugar desconocido se desarrolla una acongojante sucesión de escenas que culminan cuando un prisionero acusado de ser cómplice de uno de los terroristas que tuvieron un papel destacado durante el día que cambió el mundo – tras ser sometido a esa técnica coercitiva denominada “waterboarding” (ahogamiento simulado) – escucha la frase “Al final todos ceden, colega. Es pura biología” de labios de un sádico torturador que ejecuta su tarea por orden de la agenCIA de inteligenCIA a la que también pertenece la analista que – asqueada e impresionada - es testigo de sus dotes de persuasión, y que es encarnada por la protagonista de la película con la que el director gracias al cual en “Malas tierras” vivimos “Días del cielo” consiguió que fueran muchos los que – si no hubieran podido haber salido Pittando de las salas donde se proyectaba – habrían valorado seriamente la posibilidad de ahorcarse de “El árbol de la vida”.
La oficina que la CIA tiene en Islamabad - la capital de ese país llamado Pakistán que nada tiene ver con el país multicolor donde nació la abeja que fue famosa en el lugar por su alegría y su bondad – será el lugar donde Maya, una operativa a la encarna Jessica Chastain, tendrá ocasión de demostrar todo lo aprendido desde el día que, siendo una adolescente, fue reclutada por La Agencia. Tras ser testigo del trabajo de campo desempeñado por la mala bestia que tiene las facciones de Jason Clarke, la que fue miembro del comando del MOSSAD que en 1965 se desplazo hasta Berlin para conseguir que un criminal nazi pagará “La deuda” que tenia con los hijos de Abraham se pondrá a las ordenes de Joseph Bradley, un burócrata en cuyo traje limpio de la sangre que impregna las manos de los extractores de información a su servicio se ha metido Kyle Chandler, el actor que tuvo el honor de formar parte del reparto de dos de las nueve películas que en la pasada edición de los Oscar compitieron en la categoría Mejor película.
En los despachos cuyas paredes están parcialmente empapeladas con las fotos de los miembros más destacados de la organización terrorista que atento contra Estados Unidos por tierra - 7 de agosto de 1998, atentado contra las Embajadas de EEUU en Nairobi (Kenia), y Dar es Salaam (Tanzania), 213 muertos – por mar - 12 de octubre de 2000, ataque contra el destructor de la marina estadounidense USS Cole (DDG-67), 17 marineros muertos – y por aire – 11 de Septiembre, ataque contra las Torres Gemelas y el Pentágono, 3.017 muertos - tal como podrá comprobar el espectador, prácticamente nula será la repulsa que el uso de la tortura provoca a esos eficientes agentes que, hacía la mitad del metraje de la cinta, oirán la frase “Hagan su puto trabajo y denme personas que matar.” de labios del personaje encarnado por Mark Strong, el camaleónico inglés de Londres que fue bautizado con el nombre de Marco Giuseppe Salussolia, y que, en 2008, dio vida al jefe de la inteligencia jordana que consideraba que arrancar las uñas a los tejedores de la “Red de mentiras” era la forma más rápida de conseguir que estos últimos cantarán esa información sensible que para el Tío Sam era música celestial.
Y es que, el echo de que para los fanáticos terroristas islámicos valgan menos que el papel mojado los millones de billetes verdes con los que, durante la Guerra Fría, los EEUU consiguieron que muchos hijos de la Россия-Матушка (Madre Rusia) despreciaran a esta última y se metieran bajo las faldas de La Libertad, será utilizado por muchos para “convencer a su conciencia” de que romper huesos, mancillar la dignidad personal y destrozar tímpanos con música heavy a volumen brutal es la única forma de conseguir quebrantar la voluntad de los que llenan las celdas de las prisiones secretas cuyas puertas les han sido abiertas por la 'detención preventiva', ese arma que, tal como bien ha expuesto el periodista británico Andy Worthington (autor de The Guantánamo Files), es una traición radical a nuestros valores más fundamentales.
El echo de que Gdańsk - la ciudad portuaria polaca en la que estaba el astillero donde Lech Wałęsa formo el sindicato cuyo principal objetivo era conquistar la libertad que les arrebato el brutal régimen del general Wojciech Witold Jaruzelski, y que tan criticado fue por esos sui generis defensores de la libertad que son los Estados Unidos - sea uno de los lugares donde prisioneros de guerra capturados en desiertos remotos y en montañas lejanas fueron interrogados en “salas de tortura made in USA” deja patente que la colaboración de Polonia durante “la interminable guerra contra el terror” lanzada por la Administración Bush no se limito solo a que – con el ruido y la furia del trueno (GROM, en polaco) – combatieran en los ardientes desiertos iraquíes los miembros de la Grupa Reagowania Operacyino-Manewrowego (Grupo de Reacción Operacional Móvil) que previamente habían sido sometidos a un durísimo entrenamiento en la fríos parajes que, entre el 23 Diciembre de 2005 y el 10 Abril 2010, fueron gobernados por Lech Aleksander Kaczyński.
A pesar de que desde ese día Kathryn Ann Bigelow es la destinataria de mi mayor admiración, lo cierto es que – tras haber visto recientemente la adaptación cinematográfica de la exitosa misión de la CIA que da título a una película que me dejo un sabor de boca nada amArgo, y gracias a la cual Ben Affleck, el 24 de Febrero de 2013, tuvo en sus manos una estatuilla igual que la que el día 25 de febrero de 2007 tuvo como receptor al que redacto para el Ministerium für STAatsSIcherheit (Ministerio para la Seguridad del Estado) el informe cuyo nombre en clave era Das Leben der Anderen (La vida de los otros) – era nulo el interés que tenia en adentrarme “En tierra hostil” para ser testigo de la operación militar que tipos duros al servicio del Tío Sam ejecutaron ante la cámara de la directora que consiguió que para mi fuera una inexperiencia inolvidable vivir “Días extraños”.
Por fortuna para mí, la situación anteriormente expuesta cambio gracias a Fran Molinero, el tipo al que – al igual que aquel junto al cual comprobé que asistir a “Cuatro bodas y un funeral” era una misión de “Máximo riesgo” - conocí en el aula de 1 º B.U.P. del I.E.S. Número 7 tras cuyas cuatro paredes fuimos encerrados en 1991, y que, siete años después, cruzo junto a mi “La delgada línea roja” por orden del Teniente Coronel al que encarno “El príncipe de las mareas” que en 2012 dio vida al que dio la vida al “Guerrero” que, ese mismo año, tras bajarse del cuadrilátero donde son de obligado cumplimiento las reglas impuestas por la Asociación Mundial de Boxeo, temporalmente fijo su residencia en Franklin, el condado de Virginia en el que, en aquellos días en los que los servidores de la ley eran asesinos con placa, llegaron a ser considerados héroes esos tipos “Sin ley” que eran los tres hermanos que formaban el clan del que el formo parte y que lidero junto a un enloquecido y violento veterano de la I Guerra Mundial al que encarno el que mancho sus manos con la sangre de aquellos a los que sometió a brutales técnicas coercitivas que, entre alarido y alarido de dolor, extrajeron a los torturados información que fue de vital importanCIA para el éxito de la caza al hombre que culmino cuando uno de los veinticinco miembros del Equipo 6 de los Navy SEAL (Comando Naval de Mar Aire y Tierra) que, durante “La noche más oscura”, asalto un complejo residencial ubicado en el centro de Abbottabad (Pakistán) pronuncio la frase: For God and country, Geronimo, Geronimo, Geronimo. Geronimo E.K.I.A (Enemy Killed In Action) / Por Dios y por mi país, Gerónimo, Gerónimo, Gerónimo. Gerónimo, enemigo muerto en acción.
Hecha la pertinente introducción, llega el momento de proceder a reseñar la película recomendada por el hermano mayor del tocayo del ser mezquino y cobarde que fue asesinado por el primero de la estirpe de los hijos de Caín, y en la que juega un importante papel aquel al que llamaban como al apache al que encarno el Cherokee que - junto al Teniente Coronel del Cuerpo de Marines que guiado por “Esencia de mujer” recorrió el camino que no veían sus ojos abrasados por la explosión de una granada – participo en la caceria humana cuyo objetivo era capturar a “El cazador” de hombres en la selva de Vietnam, y que fue filmada por un director que responde al nombre de Michael y que, gracias a su maestria para Manntener la tensión cinematografica, me Manntuvo pegado a la butaca del cine en el que – junto al pequeño de los Molinero – vi esa obra maestra del Séptimo Arte que consiguio que fueran muy gozosos los ciento sesenta y cuatro minutos que le dedique durante la tarde de 1996 que precedió a la noche en la que comenzó el mandato del político que, con acento mejicano, habla catalán en la intimidad, y que en 2003 – seducido por el amigo intimo del remiendababuchas que actualmente se dedica a contar nubes – accedió a que la cabra de la Legión intimara con los camellos arábicos que hunden sus pezuñas en las arenas del desierto del país en el que – por cortesía del ruido y la furia de las armas de los que Bushcaban armas de destrucción masiva – muchos de sus habitantes escribieron y escriben su nombre en la larga lista en la que, aún hoy en día, se da fe de las miles de victimas mortales causados por los daños colaterales de la guerra cuyo desencadenante fue el atentado terrorista ideado por Osama Bin Laden.
Las grabaciones reales que protagonizan el prologo fundido en negro con el que comienza la última obra de la que acompaño a “Los viajeros de la noche”, y que dan fe de que - conscientes de que iban a morir, y teléfono móvil, mediante - los pasajeros de los misiles cargados con litros de queroseno que el 11 de Septiembre de 2001 se estrellaron con Las Torres gemelas dedicaron los últimos segundos de su vida a lanzar palabras cargadas con cariño sobre las posiciones de sus seres queridos Dan paso a una escena en la que tras las cuatro paredes de una celda ubicada en un lugar desconocido se desarrolla una acongojante sucesión de escenas que culminan cuando un prisionero acusado de ser cómplice de uno de los terroristas que tuvieron un papel destacado durante el día que cambió el mundo – tras ser sometido a esa técnica coercitiva denominada “waterboarding” (ahogamiento simulado) – escucha la frase “Al final todos ceden, colega. Es pura biología” de labios de un sádico torturador que ejecuta su tarea por orden de la agenCIA de inteligenCIA a la que también pertenece la analista que – asqueada e impresionada - es testigo de sus dotes de persuasión, y que es encarnada por la protagonista de la película con la que el director gracias al cual en “Malas tierras” vivimos “Días del cielo” consiguió que fueran muchos los que – si no hubieran podido haber salido Pittando de las salas donde se proyectaba – habrían valorado seriamente la posibilidad de ahorcarse de “El árbol de la vida”.
La oficina que la CIA tiene en Islamabad - la capital de ese país llamado Pakistán que nada tiene ver con el país multicolor donde nació la abeja que fue famosa en el lugar por su alegría y su bondad – será el lugar donde Maya, una operativa a la encarna Jessica Chastain, tendrá ocasión de demostrar todo lo aprendido desde el día que, siendo una adolescente, fue reclutada por La Agencia. Tras ser testigo del trabajo de campo desempeñado por la mala bestia que tiene las facciones de Jason Clarke, la que fue miembro del comando del MOSSAD que en 1965 se desplazo hasta Berlin para conseguir que un criminal nazi pagará “La deuda” que tenia con los hijos de Abraham se pondrá a las ordenes de Joseph Bradley, un burócrata en cuyo traje limpio de la sangre que impregna las manos de los extractores de información a su servicio se ha metido Kyle Chandler, el actor que tuvo el honor de formar parte del reparto de dos de las nueve películas que en la pasada edición de los Oscar compitieron en la categoría Mejor película.
En los despachos cuyas paredes están parcialmente empapeladas con las fotos de los miembros más destacados de la organización terrorista que atento contra Estados Unidos por tierra - 7 de agosto de 1998, atentado contra las Embajadas de EEUU en Nairobi (Kenia), y Dar es Salaam (Tanzania), 213 muertos – por mar - 12 de octubre de 2000, ataque contra el destructor de la marina estadounidense USS Cole (DDG-67), 17 marineros muertos – y por aire – 11 de Septiembre, ataque contra las Torres Gemelas y el Pentágono, 3.017 muertos - tal como podrá comprobar el espectador, prácticamente nula será la repulsa que el uso de la tortura provoca a esos eficientes agentes que, hacía la mitad del metraje de la cinta, oirán la frase “Hagan su puto trabajo y denme personas que matar.” de labios del personaje encarnado por Mark Strong, el camaleónico inglés de Londres que fue bautizado con el nombre de Marco Giuseppe Salussolia, y que, en 2008, dio vida al jefe de la inteligencia jordana que consideraba que arrancar las uñas a los tejedores de la “Red de mentiras” era la forma más rápida de conseguir que estos últimos cantarán esa información sensible que para el Tío Sam era música celestial.
Y es que, el echo de que para los fanáticos terroristas islámicos valgan menos que el papel mojado los millones de billetes verdes con los que, durante la Guerra Fría, los EEUU consiguieron que muchos hijos de la Россия-Матушка (Madre Rusia) despreciaran a esta última y se metieran bajo las faldas de La Libertad, será utilizado por muchos para “convencer a su conciencia” de que romper huesos, mancillar la dignidad personal y destrozar tímpanos con música heavy a volumen brutal es la única forma de conseguir quebrantar la voluntad de los que llenan las celdas de las prisiones secretas cuyas puertas les han sido abiertas por la 'detención preventiva', ese arma que, tal como bien ha expuesto el periodista británico Andy Worthington (autor de The Guantánamo Files), es una traición radical a nuestros valores más fundamentales.
El echo de que Gdańsk - la ciudad portuaria polaca en la que estaba el astillero donde Lech Wałęsa formo el sindicato cuyo principal objetivo era conquistar la libertad que les arrebato el brutal régimen del general Wojciech Witold Jaruzelski, y que tan criticado fue por esos sui generis defensores de la libertad que son los Estados Unidos - sea uno de los lugares donde prisioneros de guerra capturados en desiertos remotos y en montañas lejanas fueron interrogados en “salas de tortura made in USA” deja patente que la colaboración de Polonia durante “la interminable guerra contra el terror” lanzada por la Administración Bush no se limito solo a que – con el ruido y la furia del trueno (GROM, en polaco) – combatieran en los ardientes desiertos iraquíes los miembros de la Grupa Reagowania Operacyino-Manewrowego (Grupo de Reacción Operacional Móvil) que previamente habían sido sometidos a un durísimo entrenamiento en la fríos parajes que, entre el 23 Diciembre de 2005 y el 10 Abril 2010, fueron gobernados por Lech Aleksander Kaczyński.
Dado que no solo de información extraída mediante tortura se nutre la CIA, durante los ciento cincuenta y siete minutos de metraje tendremos ocasión de conocer en profundidad otros métodos utilizados para conseguir el nombre de los objetivos a batir, y entre los que están los sofisticados sistemas de escucha que bien podrían ser usados por la agencia de seguridad estadounidense para la que trabajaba Edward Snowden, y cuyos ilegales métodos – a estas alturas de la película – solo sorprenden a los que aún creen que los vampiros – en lugar de ser bestias sedientas de sangre – son tipos amanerados con acento centroeuropeo que, a parte de llorar por su amor perdido al escuchar la baladita “Always will be”, vagan entre los vivos bajo el peso del gran cargo de conciencia que supone para ellos alimentarse del fluido vital de sus victimas.
La hipocresia de aquellos católicos que todos los Domingos van a misa para escuchar a los que predican el cumplimiento de “Los diez mandamientos” y que entre el Lunes y el Sabado disfrutan con los “Siete” pecados capitales es similar a la de esos que proclaman que Ala es grande mientras, siguiendo un camino que nada tiene que ver con El camino de La Virtud que marca El Corán, remojan su gaznate con alcohol mientras disfrutan de la compañía de damas ligeras de ropa y de dudosa catadura moral. Uno de esos hipocritas musulmanes protagoniza un momento cinematografico durante el cual, “Por un puñado de dolares” capaz de pagar el precio de un Lamborghini V 10, vende a uno de sus hermanos de Fe al amigo americano que le regala coches, y que con la frase “Puede que en algún momento muera alguien en Pakistan” le confirma que la sangre de los traicionados no manchara las calles de Kuwait.
“El que lucha con monstruos debe tener cuidado de no convertirse él mismo en monstruo” esta advertencia lanzada por Friedrich Wilhelm Nietzsche es claramente ignorada por Maya, la cual – a medida que avanza la trama – deja patente con su indiferencia ante el dolor de los torturados que esta de acuerdo con que El fin justifica los medios, circunstancia esta última que la empareja con “El caballero oscuro” que con métodos muy poco ortodoxos impuso la ley en Gothan City ante la cámara cinematográfica tras la que estaba Christopher Nolan, el director gracias al cual Jessica Chastain realizará un viaje “Interestelar”.
“Persigues a un fantasma mientras toda la puta red (Al - Qaeda) crece a tu alrededor”, sin lugar a dudas, esta frase con la que Joseph Bradley golpea dialécticamente a Maya sintetiza muy bien el echo de que lo único que da sentido a la vida de esta última es matar a Osama Bin Laden; y es que, salvando las distancias, la obsesión que Carrie Mathison (Claire Danes) tiene por Nicholas Brody (Damian Lewis) es muy similar a la que la protagonista de la cinta hoy reseñada tiene por el saudi de Jeddah.
Cabe reseñar en este punto que uno de los mayores lastres de la película es la sobreactuación de Jessica Chastain, circunstancia esta que puede ser debida a que el personaje que interpreta cruza demasiadas veces la delgada línea que separa a una agente concienzuda e implacable de una histérica que intenta llenar con el trabajo su vacío existencial.
Gracias al arduo y laborioso trabajo de investigación llevado a cabo por Maya, los espectadores tendremos la ocasión de cruzar las puertas del Área 51, el Campo de Pruebas y de Entrenamiento de Nevada y Groom Lake donde esta el hangar en cuyo interior están unos pájaros de acero que serán de vital importanCIA para el éxito de la misión, y cuya sofisticada tecnología bien podría provocar que los que quieren creer en la existencia de vida extraterrestre afirmasen que fue desarrollada gracias al estudio de la que permitió que un primo lejano de Alf devorase los años luz que había entre su lejano planeta y Roswell, la ciudad del condado de Chaves (Nuevo México) en la que estaba el rancho propiedad de Mac Brazel en el que el 7 de julio de 1947, EsTrellamiento mediante, encontró la muerte.
Una buena prueba de que la directora de la película contó con el apoyo y la complacenCIA de la Agencia Central de Inteligencia es la información clasificada que, durante la reunión de trabajo entre agentes de la CIA y los chicos duros del Equipo 6 de los Navy SEAL, recibimos por cortesía de los diálogos escritos por Mark Boal, el guionista cuyo Oscar al Mejor guión original por “The Hurt Locker” se unió a los otros cinco (Mejor película, Mejor director, Mejor montaje, Mejor mezcla de sonido, Mejor edición de sonido) gracias a los cuales, el 7 de Marzo de 2010, la película dirigida por su pareja sentimental consiguió derrotar a la superproducción dirigida por el exmarido de esta última, y que bien podría haberse titulado “Pocahontas con rabo y orejitas de elfo”.
Durante la escena que tiene lugar tras las cuatro paredes de hormigón de un hangar militar, a parte de ver a la analista de la CIA mencionada anteriormente demostrando que sus par de ovarios son tan grandes como el par de huevos de los miembros de la principal fuerza de operaciones especiales de la Armada de los Estados Unidos, descubriremos que el par de Sikorsky UH-60 Black Hawks utilizados durante el asalto a la fortaleza en la que se escondía Bin Laden fueron hábilmente modificados para garantizar el éxito de la misión. Además de los filtros de decibelios que amortiguaron el atronador sonido de los rotores de dichos helicópteros, estos últimos fueron protegidos con paneles capaces de absorber haces de radar y sufrieron una modificación en su estructura exterior con el objeto de que los bordes afilados de esta última se convirtieran en suaves curvas que impidieran que los sistemas de defensa aérea paquistaníes construyeran una imagen coherente de ellos.
Es durante el asalto final cuando Kathryn Bigelow vuelve a demostrar su maestría a la hora de rodar escenas de acción, y es que durante tan crucial momento – gracias a esa habilidad de la que dio buena prueba al plasmar en imágenes las andanzas de aquel al que “Le llaman Bodhi”, y los violentos acontecimientos que tuvieron lugar durante los últimos “Días extraños” del último año del Siglo XX – la californiana nacida en San Carlos en 1951 nos mete un chute de adrenalina que consigue que nuestro corazón lata tan fuerte como el de aquellos hombres que, armados hasta los dientes, ejecutaron dicha operación, y que, bajo “El peso del agua”, durante ocho de las veinticinco semanas que dura el duro entrenamiento militar de los quieren clavar en su pecho el Tridente SEAL, fueron adiestrados para convertirse en letales buceadores de combate.
Durante el debate surgido a raíz del 11 – S, y en el que tendría mucho que decir Benjamin Franklin - el político, científico e inventor estadounidense que afirmo "Aquellos que pueden dejar la libertad esencial por obtener un poco de seguridad temporal, no merecen, ni libertad, ni seguridad." – son muchos los que se mostraron partidarios de recurrir a la tortura, esa execrable acto que recibe un trato aséptico por parte de la Bigelow, y que no debería formar parte del arsenal con el que se defienden los países en los que, afortunadamente, impera el sistema político en el que – tal como bien dijo Sir Winston Spencer Churchill - cuando alguien llama a la puerta de la calle a la seis de la mañana, se sabe que es el lechero.
"La gente duerme tranquila en sus camas sólo porque hay hombres rudos y dispuestos a ejercer la violencia en lugar de ella", sin lugar a dudas la realidad de los que viven tranquilos ignorando el hedor que emanan las cloacas del Estado fue muy bien definida por Eric Arthur Blair, el escritor inglés que tras adoptar el seudónimo George Orwell firmo "1984" y "Rebelión en la granja", ese par de novelas que son una feroz critica al comunismo, ese sistema totalitario que era defendido por esos compañeros de trinchera suyos a los que – como miembro de las milicias del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) – se enfrento durante la guerra civil que dentro de la Guerra Civil española tuvo lugar en Barcelona en mayo del 37; y bajo cuyo rojo manto se cobijaban hombres tan bestiales como Aleksandr Mijáilovich Orlov, el enlace del NKVD (la policía secreta soviética) que entre el 18 y el 21 de junio de 1937 despellejo vivo a Andréu Nin (dirigente del POUM) en una sala de tortura al servicio de una “Cheka” (Chrezvichàinaia Komissia / Comisión Extraordinaria), y que – a pesar de las diferencias ideológicas que tenia con los fascistas a los que se enfrento durante la contienda que tiño de rojo La Piel de Toro – debería producir el mismo asco que produce Juan Antonio González Pacheco, el miembro de la Brigada Político y Social al que le llamaban “Billy el Niño”, y que gracias a su crueldad consiguió que la sola mención de su nombre provocará que se les helara la sangre a los desgraciados que, durante los cuarenta años de paz y represión, tuvieron la desgracia de conocer el interior de las salas de interrogatorio de la Dirección General de Seguridad.
Dado que cincuentas años después del asesinato del presidente de los Estados Unidos de América al que lo último que le paso por la cabeza fue una bala de 6,5 mm calibre vomitada por un rifle Fusil Carcano Modelo 91/38 aún se desconoce lo que paso realmente aquel 22 de noviembre de 1963 que quedo grabado para siempre en La Historia Universal; es casi absurdo pensar que algún día se sabrá lo ocurrido durante la noche que mataron a Bin Laden, más aún teniendo en cuenta que la gran mayoría de los que acabaron con su vida no tendrán ocasión de dar el parte de guerra sobre la operación que ejecutaron.
Y es que – el misil talibán que el 6 de agosto de 2011 derribo en la provincia de Wardack (Afganistán) el helicóptero Chinook a bordo del cual iban 22 de miembros del cuerpo de élite que acabó con el líder de Al Qaeda sumado al accidente paracaídas que el 29 de Marzo de 2013 tuvo lugar en una zona cercana a Tucson (Arizona) y que acabo con la vida de Brett D Shadle – ha provocado que de los 25 Navy SEALs que aquel 1 de Mayo de 2011 protagonizaron la hazaña bélica mencionada anteriormente solo sobrevivan dos, uno de los cuales, Matt Bissonette, ha escrito «No Easy Day», un libro en el que, a parte de vanagloriarse de que el fue el matador de Bin Laden, denuncia que los veteranos de guerra son maltratados por el Gobierno del país al que sirvieron con honor y orgullo.
Lo único que a estas alturas de la película ha quedado claro es la gran hipocresía que rodeo a la figura de Osama Bin Laden hasta el fin de sus días.
"Tal vez Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta", esta frase con la que Franklin Delano Roosevelt resumió el exquisito trato que el Gobierno de EEUU brindo al HP que entre (1937 y 1947) y (1950 a 1956) gobernó la República de Nicaragua siguiendo los dictados de la política de las 3 P - Plata para los amigos, palo para los indiferentes, plomo para los enemigos - sin lugar a dudas define muy bien las líneas maestras de la política exterior gracias a la cual, por obra y gracia de El gigante norteamericano, Osama Bin Laden pudo hacer realidad ese sueño de grandeza suyo que era ser el sucesor de Salāh ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb (Saladino).
Aunque a muchos compatriotas de John Rambo no les guste reconocerlo, hay que admitir que el monstruo cuyos tentáculos causan estragos en todas las partes del mundo fue incubado por el Ciclón (Operation Cyclone) cuyo objetivo era mandar de excursión a El Infierno Ortodoxo a los que provocaron la Tormenta – 333 (Groza – 333) que desencadeno los vientos de guerra que, entre el 27 de diciembre de 1979 y el 15 de febrero de 1989, barrieron el desierto afgano en el que en 1988 dejo sus huellas el Boina Verde que llamaba “hogar calido y acogedor” a La sucursal del Infierno que, entre el 8 de Marzo de 1965 y el 30 de abril de 1975, El Horror regento en las selvas vietnamitas.
Y es que la primera batalla de La Guerra Santa que Occidente libra actualmente contra los muyahidines fue ganada por estos últimos gracias a Jimmy Carter - "la invasión soviética de Afganistán es la mayor amenaza a la paz desde la Segunda Guerra Mundial" – y Ronald Reagan, los mandatarios estadounidenses que abrieron la puerta de atrás de la Reserva Federal para que la CIA cogiera entre 3.000 y 20.000 millones de dólares y, sin hacer mucho ruido, equipara con armamento made in USA a "los luchadores por la permanencia de la fe islámica", los cuales, al fin y a la postre, consiguieron la victoria gracias en buena medida a los misiles FIM-92 Stinger con los que acabaron con el poderío militar de los Mil Mi-24, los helicópteros de combate a los que sus pilotos apodaron letayushchiy tank (tanque volador), y que con su eficaz y letal armamento dieron apoyo aéreo a los 118.000 soldados del Ejército Rojo que combatieron en Afganistán, y entre los que – por el coraje y el valor demostrados en los escarpados terrenos de batalla afganos – destacaron los que con orgullo vestían el uniforme de la Voiská SPETsiálnogo NAZnachéniya (unidad de designaciones especiales).
En otro orden de cosas, haciendo un análisis y riguroso de los acontecimientos acaecidos en Bilal (Abbottabad), cabe destacar que las atemperadas reacciones que siguieron a la violación del Derecho Internacional que, a la 1:00 de la madrugada del 2 de mayo (hora local de Pakistán), fue ejecutada por los miembros del ejercito cuyo Comandante en Jefe es el hijo de El africano de Nyangoma Kogelo (Kenia) Dann motivos más que suficientes para que suene en nuestra cabeza la canción que triunfo durante el verano de 1985; y es que es inevitable exclamar “Mami, ¿Qué será lo que tiene el negro?” cuando se recuerda que tal alarde de matonismo fue bendecido con palabras elogiosas por muchos de los políticos españoles que con carteles “Se Bushca, mejor muerto que vivo” habrían empapelado los muros de Europa si – a las 3:00 de la tarde del 1 de mayo (hora local de Washington DC) - tras las cuatro paredes de la Sala de Situaciones de la Casa Blanca desde la cual se dio la orden de disparar a matar hubiera estado el antecesor del que fue definido como "joven, guapo y bronceado" por Il Cavaliere de cuyos labios, al son del “bunga - bunga” y con rumbo a los oídos de una de sus 'belinas', salio la frase “Espérame en la cama de Putin”.
Conclusión final: Si lo que Kathryn Ann Bigelow pretendía realizar era un documental sobre como cazaron y ejecutaron al que llamaban Geronimo, no cabe duda de que, gracias a la excelente ambientación, la fidedigna reconstrucción de los momentos estelares y una gran cantidad de información, ha conseguido su objetivo; eso si, si su objetivo era que “La noche mas oscura” fuera una esas películas que son capaces de conseguir que, junto al que “Le llaman Bodhi”, no te canses de verla todos y cada uno de los “Días extraños” de tu vida, hay que reconocer que ha fracasado estrepitosamente, y es que, según mi humilde opinión, a pesar del gran material que tenia entre manos, no ha conseguido que nos atrape la historia, es más, en honor a la verdad, por razones muy diferentes a las de Maya, un suspiro de alivio salio de mis labios cuando mataron al que le llamaban Geronimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario