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sábado, 22 de febrero de 2014

Amemos intensamente en La Tierra para brillar eternamente en El Cielo


Aunque ya han transcurrido dos años desde el día en el que «La Filologa Hispánica que se licencio con honores en las frías tierras del norte de Europa que, a la señal Ira y Fuego, conquistarón las Legiones Felix comandadas por Máximo Décimo Meridio» se AVALANCHo sobre este True Heavy Metal Warrior, y le pidio que fuera el dueño y señor de ese corazón suyo que, haciendo gala de una punteria tan buena como la de «El arquero de Sherwood», meses antes había atravesado «El Hijo del Dios de La Guerra», lo cierto es que «El Ángel Caído que esto escribe» más de una vez ha temido que al dormirse “El ladrón de sueños” le arrebate a la que le dio las alas gracias a las cuales ha vuelto a volar.



Y es que, en honor a la verdad - aunque es grandioso el apoyo tactico de mis hermanas biologicas y de los hermanos de armas que a lo largo de las últimas decadas se han alistado en mis unidades de choque – tengo que reconocer que tan perdido como los barcos y aviones que se pierden en El triángulo de las Bermudas estaría yo si por “La calle del adios” se fuera la dama que, bajo el cielo sobre Bochum, recorrio junto a mi Bermuda Dreieck, y que, desde el día que hizo acto de presencia en escena, provoco que este juntaletras deseara que “En otra tierra” fueramos algo más que amigos, y que nuestra historia tuviera un final tan feliz como el de aquellos cuentos que siendo niño me contaba Mi Santa Madre, y entre los que cabría destacar el protagonizado por esa niña de la región del Loira que se cubria con una caperuza de color rojo y a la que en 1984, estando “En compañía de lobos”, y con permiso de Charles Perrault (el padre de la rapaza), filmo Neil Jordan, el director irlandes gracias al cual, cierta noche de viernes de 2011 y mientras en mi cabeza sonaba So payaso, junto a un marinero apodado Circo tube ocasión de estar en compañía de Selkies.


El irlandes nacido en Castleknock que en 2009, ante la camara cinematográfica del compatriota suyo nacido en el Condado de Sligo, atrapo con sus redes a la doncella surgida de las frías aguas del mar, fue el que un lustro antes tubo la difícil misión de dar vida al conquistador que el 21 de julio de 356 a. C. salio del vientre de la mujer que nueve meses antes habia sido fecundada por Filipo II, el hombre que, entre los años 336 a. C. y 355 a. C., fue rey de Macedonia, y que, tras la victoria obtenida en La batalla de Queronea (338 a. C.), con la frase “Perezca el hombre que sospeche que estos hombres o sufrieron o hicieron algo inapropiadamente” mostro su admiración por los 254 soldados abrazados entre sí, hundidos y acoplados en muerte y en amor, que en vida habian formado parte de El Batallón Sagrado, la unidadad de élite del ejercito de Tebas que fue digna de las siguientes palabras escritas por Plutarco: “Para hombres de la misma tribu o familia hay poco valor de uno por otro cuando el peligro presiona; pero un batallón cimentado por la amistad basada en el amor nunca se romperá y es invencible; ya que los amantes, avergonzados de no ser dignos ante la vista de sus amados y los amados ante la vista de sus amantes, deseosos se arrojan al peligro para el alivio de unos y otros.”


"No hay nada. No hay sabiduría final ni experiencia reveladora; ninguna jodida cosa. No hay Santo Grial. No hay Satori definitivo ni solución final. Solo conflicto. La única cosa que puede resolver ese conflicto es el amor. Amor puro. El calmante más natural para el dolor que existe. Amor", estas palabras que, al fin y a la postre, fuerón las últimas que William S. Burroughs escribio en su diario, y que pude leer en el blog del escritor ovetense gracias al cual descubri la belleza de “El arte de matar dragones”, sintetizan muy bien el poder de ese sentimiento que unia a las ciento cincuenta parejas de hoplitas que hacían El Amor y La Guerra, y que – tras las pertinentes y galantes palabras de cortejo – provoca que, en ese campo de batalla que es lecho, se libren encarnizados combates protagonizados por amantes con “Fuego en el cuerpo”.


Sobre El Amor, El Destino y La eterna guerra entre El Bien y El Mal, es sobre lo que trata la película que, con mi peculiar estilo, es bloggeada en los siguientes parrafos…

William Hurt - el actor norteamericano que en 1983, dos años después de encarnar al abogado al que, bajo el cielo sobre una calurosa localidad de la costa de Florida, una femme fatale le enseño todo lo que sabia sobre la pasión y el crimen, fue el oficial de la Policía de Moscú que, con su cabeza protegida del frio por un caliente ushanka, hundio sus botas militares en la nieve que cubria “Gorky Park” y que estaba teñida de rojo por la sangre de tres personas ejecutadas con disparos “A quemarropa” – es el encargado de dar vida a Isaac Penn, el millonario hombre que, a parte de ser a principios del siglo XX el editor de un periodico cuyas cronicas estaban firmadas por periodistas que estaban siempre “Al filo de la noticia”, es el padre de la sección femenina de la pareja que protagoniza el “Romance en Nueva York” que emocionara a todos aquellos que lean el “Cuento de invierno” en el que tiene un importante papel el actor que en 2003 supero “La prueba” a la que fue sometido por el que treinta años antes encarno a ese integro policia que, a las once de la noche del 3 de Febrero de 1971 y durante una redada en un piso ubicado cerca del numero 778 de Driggs Avenue (Brooklyn), tras ser atravesada su mejilla por una bala del calibre 22 fue abandonado por dos de esos compañeros suyos que habían conseguido que la corrupción cubriera de mierda la placa bañada en plata en la que estan grabadas las letras NYPD.


La urbe cuyas calles, entre finales de los 60 y principios de los 70, fueron asfaltadas con los miles de cadáveres que dejo tras de si ese Diablo vestido de Ángel que se llama heroína, y que en aquellos días caminaba de la mano de Frank Lucas, el ganster americano al que perseguia un tozudo y honesto agente de policía que respondia al nombre de Richie Roberts, es el lugar donde, tras viajar en el tiempo hasta 1916, vemos cometer sus fechorias a Peter Lake, un joven ladrón que se ha criado en uno de los horfanatos de la ciudad que nunca duerme, y a la que – siendo un bebe, y gracias al amor de esos padres suyos que querían que en “El Nuevo Mundo” tuviera la buena vida que no podría darle La Vieja Europa – llego a bordo de la replica de un navio tan veloz como el que fue comandado por el Capitan de mar y guerra al que en 2003 dio vida El neozelandes nacido en Wellington que en la película hoy bloggeada encarna a Pearly Soames, un malvado Demonio que desde que tiene uso de razón se ha dedicado a mancillar almas y hacer añicos milagros, y cuya mayor obsesión es arrancar la piel a tiras al amigo de lo ajeno en cuya piel se ha metido el que el 2006 se metio en la tostada piel y el blanco traje del detective de la Brigada Antivicio cuyas operaciones provocarón durante la decada de los 80 que frente al televisor se quedará mi cuerpo entumecido por la emocion.



Escapando de hombres que empuñan cuchillos tan afilados como la falcata que empuñaba el que cabalgo a lomos de un caballo llamado Bucefalo, Peter Lake, por fortuna para él, encuentra a un Equus ferus caballus que, para sorpresa suya y de sus perseguidores, es capaz de volar tan alto como ese congenere suyo que, según la mitología griega, nacio del chorro de sangre que brotó del cuerpo decapitado de Medusa, y que da nombre a la constelación que esta formada por cinco estrellas que brillan tan intensamente como aquellas que, según Beverly Penn, simbolizan a la gente que por haber amado intensamente durante su tiempo de vida en La Tierra son dignos de iluminar un trozo de El Cielo con la luz rutilante que albergan en su interior.


El Destinoese poder sobrenatural inevitable e ineludible que, tal como bien apunto William Shakespeare, baraja las cartas con las que nosotros, con mayor o menor suerte, jugamos en esa complicada partida que es La Vida – será el culpable de que al ladron que protagoniza la función le robe el corazón la joven a la que da vida Jessica Brown Findlay, y que es consciente de que La Muerte, mas pronto que tarde, y metida en el poncho y el esqueleto de un bandolero mejicano, le robara La Vida que alberga en el interior de ese cuerpo suyo que libra una encarnizada guerra contra las hordas de la tubercolisis.


Y es que – tal como le ocurrio a la pareja que, bajo el cielo sobre Nueva York y durante el otoño del año 2000, vivieron un romance con fecha de caducidad, al final del cual constatamos que «El maduro triunfador que era un iman para las mujeres se enamoró por primera vez», y «La joven cuyas ganas de vivir aumentaban a medida que se acercaba su hora de morir se enamoro para siempre» La Danza de La Muerte pondrá punto y final al vals que, con el estomago lleno con las mariposas que en él nacen cuando nos enamoramos, bailaban los que, hasta tan fatidico instante, habían estado escribiendo un cuento de invierno inspirados por lo que Pearly Soames definio como “El tipo de amor que es capaz de conseguir que se incline la balanza (entre el bien y el mal)”




Dado que nos hayamos ante un cuento de hadas moderno, ese actor secundario que es La Magia provocara que, cientos de años después, en el corazón de Peter Lake aún no se haya marchitado el amor que sentia por aquella pelirroja que lo atraia de una manera incontrolable y que albergaba en su interior una luz tan brillante como los diamantes que se extraen de las entrañas del país africano en el que dejo sus huellas Maddy Bowen, la corresponsal de guerra estadounidense que fue encarnada por la causante del drama protagonizado por la familia que moraba tras los muros de una “Casa de arena y niebla”.


La entrada en escena de Virginia Gamely (Jennifer Connelly) – a parte de provocar que Peter Lake descubra cual es el milagro que está destinado a hacer – sera la culpable de que las derrotistas palabras “No importa cuánto inclinemos la balanza a nuestro favor. No importa a cuántos de ellos oscurezcamos. Nada parece romper su esperanza” salgan de los labios del fiel servidor de Lucifer interpretado por aquel al que, proximamente, veremos construir con sus musculosos brazos una replica de El Arca dentro de la cual – junto a otros tres matrimonios y varias parejas de animales – se salvo del diluvio universal la pareja sentimental formado por “Noe” y la mujer a la que en la pantalla grande dara vida la actriz mencionada anteriormente, y que en la vida real es esposa del que, tras ser en 2001 compañero del dueño de “Una mente maravillosa”, en 2010 volo con las negras alas de Miguel, El Arcangel que, tras ser testigos de los sacrificios que los humanos eran capaces de hacer por sus seres queridos, se enfrento a la “Legión” de Ángeles con la que Dios queria aniquilar a la raza a la que contempla desde El Reino de Los Cielos, y que desde tiempos inmemoriables empeñada esta en conseguir que La Tierra sea una sucursal de El Infierno.


“Winter´s Tale” el libro publicado en 1983 por Mark Helprin es el culpable de que, tras la camara cinematografica, haya tenido su bautismo de fuego como director Akiva Goldsman, el guionista que, en 2007, inspirandose en un clasico de la ciencia ficción firmado en 1954 por Richard Matheson, permitio que Will Smith dijera “Soy leyenda”, y que en 2004 contribuyo a que los admiradores de la obra literaria de Isaac Asimov desearan que “El cuervo” le arrancara la vida a Alex Proyas, el director que dirigio ese bodrio llamado “Yo, robot”, y ante cuya camara, en 2016, Jamie Lannister se convertirá en uno de los “Dioses de Egipto” adorados por los habitantes de la República Árabe en la que nacio el australiano de adopción mencionado anteriormente, y junto al cual recorrimos las calles de una oscura ciudad.


El que hasta no hace tanto tiempo estaba seguro de que ser el protagonista de una sui generis versión del romance protagonizado por Robin Longstride y Lady Marian de Loxley sería para él aún más improbable que ganarse la vida jugandose la vida en operaciones de asalto tan peligrosas como las ejecutadas por el Equipo Tactico al que pertenecio el Oficial Jim Street, tiene que reconocer que ha disfrutado mucho con la película dirigida y guionizada por el autor de los libretos en los que se basarón las adaptaciones cinematograficas de los triunfos y miserias del matematico John Forbes Nash Jr. y el pugil James Walter Braddock, y cuya moraleja es que uno de nuestros mayores propositos debe ser ayudar y hacer felices a los que nos rodean, y que El Amoren todas sus expresiones (romantico, fraternal, paternal, etc.) – a parte de ser la solución de una ecuación sentimental tan compleja como las ecuaciones matemáticas resueltas por el que en 1994 gano el Premio Nobel de Economía, es lo unico capaz de aplacar el dolor que se hace dueño y señor de nuestro corazón cuando, metido en el calzon corto del boxeador apodado “Cinderella Man”, El Destino nos golpea sin piedad en ese cuadrilatero que es La Vida.


Conclusión final

Todos aquellos espectadores que firmen el documento que dará validez legal al pacto propuesto por el director de la función que veran tras haber pasado por taquilla, y en base al cual se comprometen a que - durante 118 minutos, y obviando los límites de la realidad - se creeran que existen los caballos que vuelan, y que si amas mucho a alguien puedes impedir que las tijeras empuñadas por La Moira Átropos corten el hilo que te une a La Vida, pueden estar seguros de que, al finalizar la lectura - cinematografica del cuento de invierno firmado por Akiva Goldsman, saldran de la sala de proyección con la firme intención de seguir escribiendo su cuento con el firme proposito de amar intensamente para conseguir que aquellos a los que amaron en La Tierra, al alzar la vista a El Cielo, se emocionen al verlos brillar eternamente.


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