Vistas de página en total

martes, 3 de marzo de 2015

Dado que no podemos ni debemos cambiar el pasado, tomemos en el presente las decisiones adecuadas. Es un consejo del Ministerio del Tiempo


A finales de los 80 - un par de décadas antes de que abriera sus puertas ese templo llamado Casa del libro, y en el cual, muy frecuentemente, hace parada y compra «El Hechizado por "La "Magia" de La Literatura que enloquecio a Don Quijote - era MAGAZINE mi librería de cabecera debido en buena medida a que fue en ella donde, dinero de Papa mediante, de muchos libros de la colección "Dungeons & Dragons" se hizo dueño y señor el niño que un día fui, y que, gracias a ellos - mientras intentaba escapar de frías y laberínticas “Catacumbas infernales”, y, dejando de ser «El débil infante al que le partían la cara en todas las peleas en las que se veía involucrado», se transformo en «El fuerte y valiente guerrero que, entre las ruinas de una de las ciudades destruidas durante una brutal guerra nuclear, descubrió cual era “El Misterio de Los Antiguos”»constato que por tomar una erróneo decisión, a parte de estar “Arrepentido” de ello durante el resto de mis días, esa gran aventura que era y es Mi Vida podría tener un muy mal final.




Durante el transcurso de la primera misión ejecutada por los agentes al servicio de "El Ministerio del Tiempo" fue cuando, sin poder evitarlo, por el brillo de las pequeñas joyas literarias que en 1989 publico TIMUN MAS fue deslumbrado «El hombre que, en 2011, llegado a una importante página de su vida, en un alarde inteligencia por su parte, se decanto por la segunda de las siguientes alternativas: Teniendo en cuenta que, tal como dijo el General Napoleón Bonaparte, las únicas batallas que se ganan huyendo son las que se libran contra las mujeres, huye como, entre Octubre y Diciembre de 1812, perseguidos por Los Cosacos del Don, de Rusia huyeron los casi cien mil casacas azules de La Grande Armeé que, comandados por el pequeño gran corso citado anteriormente, habían intentado conquistar el mencionado país / Comportate como un hombre, y, dando Fe del valor de los soldados al servicio del Gran Ducado de Lituania y del Reino de Polonia que, el 15 de Julio de 1410, derrotaron a los Caballeros Teutónicos, sigue luchando hasta que conquistes el corazón de "Das Krieger Mädchen que domina el idioma del que, antes de morir en combate, Ulrich von Jungingen se valio para dar ordenes a los monjes - guerreros que, al fin y a la postre, derrotados fueron en la batalla que se libro en Grunwald (Polonia)"».


«El hombre en el que se convirtió el niño que, en 1986 - mientras ojeaba la portada de un comic protagonizado por "El valeroso y noble guerrero al que ASFALTO pidió que, convertido en un "Ser urbano" de carne y hueso, consiguiera que, al igual que en la ficción, en la realidad, ganaran los buenos" - gracias a la mujer de la que I.V.A. de la mano, se entero de lo que implicaba para la economía de las familias españolas el impuesto que, recientemente, impuesto había sido por el Ministerio de Hacienda», visto lo visto, con un Sobresaliente califica a la serie que en la parrilla televisiva de La1 ocupara el lugar que recientemente libre dejo el inspector de la Brigada Metropolitana que - mientras, ante la mirada de la mujer de la que, dados sus rasgos, es descendiente la que, en 2013, prisionera fue del frío de "Stockholm" - descubría que "El sueño de la razón" produce monstruos, detuvo a los peligrosos criminales que, a finales del Siglo XIX, actuaban en la capital del país en el que, entre 1939 y 1975, hubo una dictadura militar liderada por «El sanguinario general ferrolano que - mientras despierto soñaba ser tan admirado como el Rey Católico que, el 2 de Enero de 1492, junto a su reina consorte, "Isabel", vio como -  a consecuencia de las derrotas que el ejército invasor que llevaba Media Luna en su estandarte sufrió ante el Ejército Cristiano - Boabdil lloraba como una mujer por no haber saber defendido El Reino de Granada como lo haría un hombre de verdad - a la Guardia de Asalto ordeno que - mientras el doctor Mauricio Salcedo experimentaba lo que significa "Amar en tiempos revueltos" - reprimieran las ansias de libertad de los compañeros de estudio de aquella pareja de enamorados que una "Asignatura pendiente" intento aprobar ante la atenta mirada del hombre que nos enseño "Que grande es El Cine", y testigo fue de como Doña Lucrecia Richmond, estoicamente, soportaba las impertinencias de "El abuelo" paterno del par de niñas de las que ella era madre».



Dado que - tal como afirma Salvador Martí (Jaime Blanch), jefe superior de "El Ministerio del Tiempo" - "La Historia actual es fruto de las decisiones que, a lo largo de los últimos siglos, bajo el techo de naves industriales o tras los muros de lujosos palacios, tomaron nuestros antepasados", no es descabellado afirmar que nuestro presente muy diferente habría sido si el 1 de Mayo de 1886 no hubiera comenzado la huelga que, al fin y a la postre, consiguio la jornada laboral de 8 horas; o los hombres que reinaron en España a lo largo del Siglo de Oro, en lugar de gastar El oro de Las Indias en largas y crueles guerras en defensa de La Fe Catolica, lo hubieran usado para mejorar las condiciones de vida de sus subditos y evitar asi que, para estos últimos, dicha época temporal - tal como dijo «El criado del valiente y poco piadoso hombre que enamorado estaba de la mujer de armas tomar que era hermana de Sor Juana Inés de la Cruz» - fuera un tiempo infame y sinonimo de "sacrificios estériles, gloriosas derrotas, corrupción, picaresca, miseria y poca vergüenza".


Sin lugar a dudas, Diego Alatriste y Tenorio, «El protagonista de las emocionantes novelas firmadas por Arturo Perez - Reverte» bien podría haber sido muy buen amigo de Alonso Entrerríos (Nacho Fresneda), un duro soldado de Los Tercios de Flandes que - en aquellos lejanos días en los que Nobleza y Lealtad eran dos valores morales que significaban algo - al igual que «El capitán de la unidad militar española mencionada anteriormente», demostro que, en un combate cuerpo a cuerpo, ya fuera armado con una Daga, una Vizcaina o una Espada ropera, era tan letal como hoy en día lo son los miembros del Cuerpo de Marines de Estados Unidos que, por duros sargentros instructores, han sido entrenados para aKA - BAR con la vida de sus enemigos valiendose de un cuchillo de combate capaz de provocar heridas tan terribles como las sufridas por los que, a consecuencia de un accidente de trafico, en la unidad de Urgencias del "Hospital Central" de Madrid, a vida o muerte, fueron operados por el Doctor Manuel Aimé.

 

En los dias en los que en El Imperio de Felipe II no se ponia el sol, la fuerza de choque en la que José Millán - Astray y Terreros se inspiro a la hora de crear «La que, tal como demostro tanto en Bosnia - Herzegovina como en Afganistán, es una de las mejores unidades de elite del mundo» simbolizaba el poderío militar del país de cuya decadencia, a finales del siglo XIX, testigo fue Amelia Folch (Aura Garrido), esa catalana de Barcelona que la obra literaria de «Filosofos nacidos en "Hispania" durante los siglos que esta formo parte del "Imperio" del que fue senador el padre de esa joven llamada Cora, y que una preciosa historia de amor protagonizo con el muchacho que era su esclavo» estudio en una de las pocas universidades que había en su patria, y que en aquellos no tan lejanos tiempos - hasta que llego ella, y dejando constancia de que en temas educativos las mujeres han avanzado mucho - estaba vetada a las del bello sexo.



Al igual que, a lo margo de los últimos siglos, lo han hecho millones de españoles, leyendo "El cantar del Mio CID", Amelia Folch descubrio que la maxima hispana ¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen Señor! había salido de la garganta de uno de los burgaleses que, a principios de 1081, al ver a Rodrigo Diaz de Vivar poner rumbo al destierro, fueron embargados por la ira y la tristeza que les provoco ver como la lealtad que tan legendario guerrero había mostrado a su rey, por este último, era recompensada con un castigo que, siendo muy duro, lo fue menos que aquel con el que, el 20 de agosto de 1825, por orden de Fernando VII, y a pesar de los servicios que habría prestado a España durante la Guerra de la Independencia (2 de mayo de 1808 - 17 de abril de 1814), fue "premiado" Juan Martín Díez, ese hombre que durante la campaña del Rosellón (Guerra de la Convención, 1793 - 1795) aprendio El Arte de La Guerra, y del que - dejando constancia de que fue apodado "El Empecinado" por su inquebrantable empeño en conseguir, con ayuda de las guerrillas creadas por él, derrotar al ejército napoleónico - hablaba aquel libro de historia en el que tantos arqueros y soldaditos yo dibuje, y en el que, si hubiera existido no solo en la ficción, también habría tenido sus lineas de gloria «El bandolero cuyas aventuras, gracias a la segunda cadena de TVE, y al igual que yo, siendo un niño pudo ver Julián Martínez (Rodolfo Sancho)».

 

«El joven que una Medalla al Merito recibio por la labor que, como enfermero del SAMUR, realizo durante las tristes y freneticas horas que sucedierón al brutal atentado que, el 11 de Marzo de 2004, tantos cadaveres dejo en la ciudad en la que, siete años después, un policia llamado Rodolfo impuso la ley mientras a su frio y tosco compañero le oia murmurar "No habrá paz para los malvados"» será precisamente el testigo de un sorprendente descubrimiento que provocará que, al igual que Alonso Entrerríos y Amelia Folch, sea reclutado por la unidad de élite que tiene como misión evitar que, tras ser abiertas Las Puertas del Tiempo, sea alterada La Historia de España, y cuyo Departamento de Recursos Humanos es dirigido por Irene Larra (Cayetana Guillén Cuervo), una mujer de 1930 que, dada su inclinación sexual es muy probable que - si no hubiera sido rescatada por "El Ministerio del Tiempo" - bajo la negra mantilla española con la que, finalizada la Guerra Civil, durante cuarenta años, fue cubierta La Piel de Toro, hubiera acabado en prisión o encerrada en un convento como aquel en el que Sor María intento aplacar el dolor que al Doctor Enrique Molinos le provoco "La herida luminosa".


Mientras Amelia Folch se maravilla al comprobar que, en la España del Siglo XXI, las mujeres, a parte de tener pleno acceso a la educación, son dueñas y señoras de su destino, y Alonso Entrerríos se entristece al saber que, hoy en día, en "un concepto discutible y discutido que rinde pleitesia al Banco Central Europeo" se ha convertido el país al que tan lealmente sirvio y que respetado y temido era en Europa, Julián Martínez - gracias a la irrechazable propuesta que a él le ha hecho el jefe superior de "El Ministerio del Tiempo" - tendra razones para seguir recorriendo el camino vital durante el cual, un maldito dia, perdio a la chica a la que él, como aficionado a la ciencia - ficción que parece ser, seguramente la obligo a ver como Sam Worthington, metido en el exoesqueleto y la piel de Marcus Wright, y siendo doblado por Nacho Fresneda, contribuia a que un gran espectaculo fuera la que es la cuarta parte de la pentalogia de cuyo genesis seremos testigos en Agosto de este año, y en cuya primera parte pudimos ver que, como no podia ser de otra manera, por loco fue tomado el tipo que, sin sonrojo alguno, afirmo que le habían ordenado que, tras recorrer el trayecto temporal que hay entre el 2029 y 1984, evitara que un Terminator T-800 modelo Cyberdyne 101 matara a la mujer que, al fin y a la postre, albergaria en su vientre al bebe que, décadas después, siendo un hombre tan duro como el acero con el que se mecanizo la estructura de la Harley - Davidson Fat Boy FLSTF sobre la que cabalgo «El Hombre - Máquina que, valiendose de su metálica voz, dijo "Sayonara, baby"», conseguiria que La Humanidad derrotara al ejercito de cyborgs controlados por una inteligencia artificial conocida como Skynet.


A parte de dejar constancia, una vez más, de la exquisita factura técnica que, últimamente, caracteriza a las producciones televisivas de RTVE, la serie dirigida por Marc Vigil, y cuyos capítulos son dirigidos por Abigail Shaaff y Jorge Dorado, siguiendo lo expuesto en los guiones firmados por Javier Olivares, y, el recientemente fallecido, Pablo Olivares, nos brinda la posibilidad de - embargados por el asombro que a un gabacho le provocaría ver las pintas de algunos de los españoles del Siglo XXI - ser testigos de la construcción del Acueducto de Segovia, y de lo acontecido en la sala del Palacio Real en la que, un día de 1656, "Las Meninas", fueron inmortalizadas por aquel pintor llamado Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, y que sumo su nombre a la larga lista de genios que en su día engrandecio el nombre del país en el que, a principios del Siglo XIX, el jurista con peluca empolvada llamado Melchor Gaspar de Jovellanos, y que compartia las ideas de los que habían transformada a Francia en un país moderno, provoco las filias y fobias que hoy en día, salvando las abismales diferencias intelectuales, genera ese "humilde" coletudo que sin sonrojo alguno muestra su simpatria por ese hombre Maduro que ordena que brutalmente sean golpeados los que discrepan con el rumbo tomado por ese autobus que es Venezuela.


Todos aquellos que, sin abandonar El Presente, quieran ser testigos de algunos de los grandes momentos que, a lo largo de los últimos siglos, tuvieron lugar en España, sin lugar a dudas, si durante los próximos Lunes, llegada la 22,15 h, acceden a ser reclutados por "El Ministerio del Tiempo", tendran oportunidad de hacerlo mientras - degustando un delicioso cocktail cuyos ingredientes son el humor, la acción y la divulgación histórica - constatan que, dado que El Pasado no se debe ni se puede cambiar, es en El Presente donde, ignorando, respectivamente, el miedo y el rencor - además de, guiados por nuestro corazón, ejecutar las peligrosas misiones que nos deparé El Destino - a nuestros seres queridos debemos decirles esas palabras de cariño que merecen oir, y que, si en el momento preciso no fueran dichas por nosotros, provocarían que, llegado el día en el que sus destinatarios no estarán en nuestra vida, desearamos hayar en las profundidades de los "Ocenos del Tiempo" una llave que fuera capaz de abrir La Puerta del Tiempo tras la cual se haya el preciso instante en el que aún era posible enmendar tamaño error.



No hay comentarios:

Publicar un comentario