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lunes, 17 de diciembre de 2012

Zwei spanichen Abenteuerliche unter dem Himmel über Bochum


Si hubiera una razón por la que yo bien me merecería recibir unas cuantas collejas, sin lugar a dudas, esta sería haberme reído en su día de Chris Peterson el irresponsable e infantil adulto de 30 años cuyas patéticas aventuras eran el leit – movie de “Búscate la vida”, telecomedia que a principios de los 90 se emitió a través de Canal +, y durante cuya cabecera el muchacho mencionado anteriormente daba sobradas muestras de que era REMatadamente estúpido.



Y es que mientras que a través de esos cantos a la vergüenza ajena que eran “Salvados por la campana” y “Sensación de vivir” se nos vendía que la perfección era la seña de identidad de los jóvenes que moran en el “Paraíso terrenal” sobre el que voló Barón Rojo y en el que todo acaba bien y todos pueden hacer realidad El Sueño Americano, el personaje al que dio vida Chris Elliot daba fe de que en la patria del Tío Sam y Superman también tenían cabida fracasados que no tenían ninguna intención de prosperar y abandonar el hogar paterno.


Como bien supondrán todos aquellos que no veían descabellado que mis padres tuvieran que recurrir a los GEO para conseguir que este rendido admirador de “Águila Roja” abandonase el nido en el que se crio durante 35 añazos, es lógico que me avergüence por haber dejado que mi comodidad y un punto de inmadurez – propias del tipo del que en mis tiempos mozos me burle – me llevasen a retrasar la hora de salir a buscarme la vida lejos del hogar del que a día de hoy me separan los miles de kilómetros que recorrí para llegar a la tierra bajo el cielo sobre Bochum.


Con la siempre grata compañía de la bella dama que desde el 8 de Febrero sirve junto a él, el pasado 24 de Octubre comenzó la nueva y fascinante etapa vital del que tantas veces vibro con esos grupos cuya casa es el rock and roll y que durante sus giras, tras conseguir que el escenario se convierta en un volcán gracias a Los Suaves sonidos metálicos arrancados a sus instrumentos, se ven obligados a hacer parada y fonda en hoteles tan acogedores como el Hotel ibis Bochum Hauptbahnhof, hotel este en el que, al día siguiente, los reclutas que desde hace más de un mes forman parte de las unidades de asalto “Españoles por el mundo” pusieron en marcha la conquista de Alemania bajo la atenta mirada de las cuatro paredes y el techo de “Una habitación con vistas” a la estación de tren a la que, procedentes de Düsseldorf Wehrhahn, llegamos a bordo del tren de las 11:24 perteneciente a la compañía ferroviaria Deutsche Bahn, y al que – debido a la excitación que me invadía ante mi nueva vida en una nueva ciudad – recibí con la alegría y el alborozo que embargaron a Dan Evans (Christian Bale) cuando vio llegar “El tren de las 3:10” con destino a la dura prisión de Yuma, el lugar donde, tras los barrotes de una de sus celdas, el peligroso forajido Ben Wade (Russell Crowe) pasaría las horas previas a su ahorcamiento.


Transcurridos cincuenta y cuatro días desde nuestra llegada a Bochum, estoy en condiciones de afirmar que mi existencia en una de las ciudades más importantes del estado de Renania del Norte-Westfalia está resultando de lo más satisfactoria y enriquecedora, y me ha dado suficiente material para realizar el pertinente “blog homenaje”, blog este en el que haré hincapié en los denominados “lugares de interés”.

Situada geográficamente entre Essen y Dortmund, la ciudad en la que en el año 800 Carlo Magno estableció una corte imperial empezó adquirir importancia en el siglo XIX gracias al importante desarrollo experimentado por la industria carbonífera y del acero.

Dado que hasta finales del siglo XX ambas industrias fueron los pilares sobre los que se sustento la economía de la región de la cuenca del Ruhr, son muchos los lugares de Bochum en los que se “homenajea” a los tiempos pasados.

“La campana de Bochum”, esta obra de arte de la ingeniería mecánica salida de una de las factorías de "Bochumer Verein für Bergbau und Gußstahlfabrikation (BVG)" (Asociación de empresas de Bochum dedicadas a la Minería y el Acero) – gracias al novedoso y sofisticado proceso de mecanizado que le dio forma – gano cinco medallas en la Exposición de Paris (1867), y actualmente exhibe sus 15 toneladas de peso y sus 3,13 metros de diámetro en la plaza cuyo nombre rinde tributo a Willy Brandt, uno de los primeros líderes de izquierda de la Alemania Occidental que contribuyo al proceso que culmino ese ya lejano día de Noviembre de 1989 en el que en la ciudad dividida por Der Eiserne Vorhang (El Telón de Acero) los "Vientos de cambio" hicieron sonar "La campana de La Libertad".


Sin salir de dicha plaza nos encontramos con el majestuoso y bello edificio en el que tienen su sede todas las oficinas dependientes del Rathaus (Ayuntamiento), oficinas como por ejemplo el Burgerbüro, allí donde los extraños en tierra extraña llevaron a cabo el proceso de empadronamiento, proceso este durante el cual – aparte de intentar “explicar” las diferencias entre Lander y comunidad autónoma – fuimos interrogados sobre nuestras creencias religiosas, circunstancia esta que da fe de la importancia que tiene la religión en uno de los países en los que hace siglos, en nombre de Dios, se abrieron numerosas sucursales de El Infierno durante el transcurso de La Guerra de los Treinta Años que enfrento a católicos y protestantes.


Como recuerdo de su pasado minero son muchos los lugares de Bochum en los cuales se puede ver “El martillo y la pica”, símbolo de la minería en Polonia, Gran Bretaña y Alemania y que en este último país siempre va acompañado de la expresión „Glück Auf“ (Buena suerte), la cual era utilizada a modo de saludo por los mineros y que forma parte del estribillo de „Das Steigerlied“ (Canción del capataz minero), una canción popular alemana que expresa la esperanza de los mineros de volver sanos y salvos a casa después de un día lleno de peligros y trabajo duro.


Las vagonetas repletas de negro carbón que recorrieron las entrañas de Bochum hasta aquel día de 1973 en el que cerró la última de las 17 minas grandes que funcionaban desde el final de la II GM, en 1979 fueron sustituidas por los vagones de metro de la compañía BOGESTRA que recorren los 21,53 Km. de vía férrea que integran el Stadtbanh.


Dado que cabalgar a galope tendido sobre los lomos de un corcel de guerra mientras mi dama me abraza solo es posible en los sueños de gloria de este caballero andante, “El Caballo de Hierro” asignado a la Línea U – 35 (Riemke Markt – Hustadt) fue el que me permitió llegar hasta Die Ruhr – Universität Bochum (RUB).

Dicha universidad, inaugurada en 1965, tiene el honor de ser la primera en la región del Ruhr y la primera que se construyo tras la Segunda Guerra Mundial, conflicto este durante el cual la ciudad fue duramente castigada por la aviación aliada. Si en Noviembre de 1944 las bombas lanzadas por 700 bombarderos británicos tuvierón como objetivo destruir la planta de acero “Bochumer Verein” – símbolo del poderío industrial germano – las 1300 que en 1945 cayeron desde el cielo sobre Bochum tenían como objetivo allanar el camino de las tropas aliadas que intervinieron en la denominada Campaña del Petróleo.

El 10 de Abril de 1945 fue cuando, durante el desarrollo de dicha campaña, Bochum – seriamente dañada por los bombardeos sufridos – fue tomada por la 79na División de Infantería estadounidense, unidad de combate esta de la que formaban parte los Marines, esos Ministros de La Muerte a los que los soldados alemanes que les hicieron frente durante la batalla librada en el Bosque de Belleau, Francia (Junio 1918 – I GM) bautizaron como Teufelshunden (Perros del Diablo) por demostrar en el campo de batalla un gran coraje, “arma” esta que junto al esfuerzo y la inteligencia también formo parte del arsenal gracias al cual, en el año 2010, la filóloga hispánica que me brinda su fuego de cobertura se licencio con honores en la RUB y salió por la puerta grande de la misma con una impecable hoja de servicios jalonada de brillantes hazañas académicas que tienen mucho más merito si se tiene en cuenta que dominar el idioma con el que se forjo “El anillo de los nibelungos” fue uno de los obstáculos que tuvo que superar para conseguir convertirse en una experta en todo lo concerniente a la lengua de aquel para el cual perder una mano en la batalla de Lepanto no fue ningún impedimento para escribir esa obra cumbre de la literatura universal que es “El Hidalgo Don Quijote de La Mancha”.


Aunque el tópico dicta que los alemanes viven para trabajar lo cierto es que paseando por Bermudadreieick uno se da cuenta de que también saben disfrutar de su tiempo de ocio. Y es que todo aquel que se adentre por dicha calle verá que esta está llena de pubs y locales de hostelería como por ejemplo Bratwursthaus, un lugar que se jacta de servir las mejores salchichas Bradwurst de toda Alemania.


Es en esa misma calle donde los aficionados a El Séptimo Arte pueden saciar su apetito cinematográfico gracias a las salas de los cines Bofimax, Union Kino y Casablanca, cine este en el que el que esto escribe vivió su bautismo de fuego con el cine hablado en la lengua de Klaus Kinski por cortesía de “Die Wand”, película que esta fue premiada en el Festival de cine de Berlín y que bien podría haber formado parte de la sección oficial de la última edición del Festival Internacional de cine de Gijón.


Hallándome en la ciudad que vio nacer a Axel Rudi Pell – el virtuoso de las seis cuerdas que realizo una extraordinaria versión de “Like a children again” (The Mission UK) – fue inevitable para mi sentirme tan feliz como un niño otra vez cuando al traspasar las puertas de la juguetería Wagner & Raschka me volvía a encontrar con Los Playmobil junto a los que tantas aventuras vivi cuando moraba en esos paraísos perdidos que son la infancia.


Dado que tal como decía uno de los protagonistas de “El secreto de sus ojos” - Una persona puede cambiar de nombre, de calle, de cara…pero hay una cosa que no puede cambiar… no puede cambiar de pasión – este apasionado de la lectura está en condiciones de afirmar que la librería Mayersche será el lugar donde me adentrare cuando no pueda resistir la tentación de meterme en una brillante armadura, y, con un escudo en la diestra y una espada en la siniestra, ir en busca de Der Heiligen Gral (El Santo Grial).


Puesto que no solo de cine y literatura vive el hombre, huelga decir que han sido ya numerosas las ocasiones en las que me he visto llevando el carro de la compra por los pasillos de los diversos supermercados de la ciudad, supermercados estos en los que – aparte de ver los enREWEsados nombres que los alemanes dan a los alimentos – experimente un brutal choque con “el mundo real”; y es que yo que hasta hace poco más de un mes ahorraba para ampliar mi biblioteca y mi discoteca, de golpe y porrazo me vi haciendo cuentas para conseguir que el presupuesto familiar nos permitiese llenar unas cuantas veces la cesta de la compra con productos Guten & Günstigen (Buenos y Baratos).


Aunque no es “algo típico de Bochum” es justo y necesario dedicar unas palabras al locutorio al que, hasta el día que pudimos conectarnos desde nuestro dulce y calido hogar, nos vimos obligados a recurrir para solventar tramites de nuestro interés. En dicho lugar, nada más entrar, se puede apreciar que, hoy por hoy, son muchos los miles de extranjeros que han visto en Alemania el lugar donde labrarse ese prospero futuro que en su país de origen les es esquivo. Y es que, dejando al margen a los ciudadanos turcos que lo regenta, en INTERCAFÉ 2004 se dan cita cada día decenas de personas de diversas nacionalidades, sexo, raza y religión a los que les une la necesidad de ir hasta allí para, Skype mediante, contactar con sus seres queridos e intercambiar con ellos unas palabras llenas de afecto y cariño.


Para finalizar cabe reseñar que, con toda seguridad, para el viajero / aventurero que en estas fechas se desplace hasta Bochum será un placer ver la bonita iluminación navideña que jalona las calles de la ciudad, y pasear por el Weihnachtsmarkt (mercadillo navideño) allí donde, hasta el próximo 22 de Diciembre, tendrá ocasión de llenar su estomago con sabrosos dulces, y remojar su gaznate con una jarrita de Glühwein, un vino caliente que, sin lugar a dudas, es una excelente arma para combatir a las huestes comandadas por El General Invierno que, con la bayoneta calada y a sangre y fuego, ya han conquistado Germania.


Transcurridas ya unas cuantas semanas desde el día en el que llegue hasta el país donde se habla el idioma que Carlos V utilizaba para dar órdenes a su caballo, no puedo garantizar que la mesa de cristal donde a la hora de comer – por cortesía de mi amada – las preocupaciones pierden su sabor no acabe hecha añicos por cortesía de una de las embestidas del torpe Mr. Bean que hay en mí.

Eso sí, lo que si garantizo es que nunca jamás me arrepentiré de haberme metido en el traje y la piel del pirata al que por su bravura llamaban Der Befürchtete(El Temido) y emprender una travesía a lo largo del Ruhr junto a la mujer a la que a través de estas líneas le hago saber que, si un aciago día "Tempestades de acero" se AVALANCHan sobre “El Barco” en el que navegamos con viento en popa y a toda vela, puede estar segura de que gustosamente naufragaré junto a ella.

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