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jueves, 8 de marzo de 2012

Efemérides: Cuando “Das Krieger Mädchen” se AVALANCHo sobre mis dominios


En el año 1187 de Nuestro Señor Jesucristo, los Caballeros Templarios que tenían la ardua misión de defender las murallas de Jerusalén - minutos antes de que el acero de sus espadas chocase con el de las cimitarras de los casi sesenta mil sarracenos comandados por el bravo Salah al - Din que pretendían recuperar para El Islam el “El Reino de los Cielos” – hincaron sus rodillas en tierra, y, alzando la vista a El Cielo, dejaron que de sus bocas salieran las siguientes palabras:

«Tiñamos el mundo de rojo con el afilado corte de nuestras espadas, haciendo que las heridas del metal en nuestra carne, sean el beso de DIOS en nuestras almas».

Ocho siglos y veinticinco años después – el 8 de Febrero del 2012 - a miles de kilómetros de la tierra que, por desgracia, por cortesía del fanatismo de uno y otro lado ha sido teñida de rojo con la sangre de cientos de palestinos e israelís, cierto caballerete – llegada la ansiada hora en la que nuevamente sus tropas volverían a cruzarse con las comandadas por su buena amiga “Das Krieger Mädchen” - antes de abandonar su humilde morada recito su particular oración antes de la batalla:

«Bruce Dickinson de mi vida, tu que eres heavy como yo, haz que cuando me halle frente a la noble dama junto a la cual, de aquí a La Eternidad, con el rostro bañado por el sol, me gustaría cabalgar por los verdes prados de El Eliseo, de esa bocaza mía no salgan ninguna de esas “gracietas carentes de toda gracia” con las que, en demasiadas ocasiones, en un alarde de osadía por mi parte he tentado a mi suerte».

Aunque ya ha transcurrido un mes desde “El Día – D”, y ya he creído pertinente dejar de buscar al tío de la cámara oculta, lo cierto es que alguna que otra vez me he despertado empapado en sudor por culpa de una pesadilla en la que sueño que fue un simple y dulce sueño esa gran hazaña bélica que fue conseguir que los Kommando Spezialkräfte, con el ruido y la furia de las balas perforantes «KTW» vomitadas por sus fusiles de asalto Heckler & Koch G36, se AVALANCHarán sobre mis dominios con el firme propósito de conquistarlos a sangre y fuego.

A tenor de cómo se desarrollaron los acontecimientos es inevitable rememorar los pensamientos que se agolpaban en mi cabeza meses antes. El 8 de Enero, teniendo por almohada la ventana del ALSA que me llevo hasta El Reino de Navarra para someterme a la selección de personal llevada a cabo por FAGOR EDERLAN TAFALLA, S.COOP., no pude evitar pensar que los “Mil Motivos” para alegrarme que me reportaría volver a ser un mercenario por un puñado de euros, palidecerían frente a uno solo, la tristeza que supondría para mi no volver a verla.



Echando la vista más atrás no sería descabellado pensar que “Vete a reírte de tu Santa Madre…” sería la respuesta que me habría dado a mi mismo si hubiera viajado en el tiempo para darme el parte de tan “gloriosa victoria” justo en el momento en el que - teniendo en mente a la doncella que surgió del frío de Bochum – le escribía a esta la carta del adiós sobre un “Papel roto”, papel cuyos pedazos no eran muchos mas grandes que aquellos a los que se quedaría reducido mi corazón cuando llegase el día que, en aquellos tiempos, yo más temía, el día en el que la susodicha me informaría de que por fin había encontrado al hombre digno de vigilar sus sueños.



Ese momento inicial del día, desde que empieza a aparecer la luz del día hasta que sale el Sol, conocido como “Alborada”, mas de una vez me sorprendió escuchando en mi IPOD esa balada que, en aquellos días extraños que precedieron a la más alta ocasión que vieron los cielos, puso letra y música al mayor de mis deseos: ser capaz de romper el armazón de hielo que protegía el tierno corazón de aquella de la que más de una vez fui el bufón de sus sonrisas, gracias en buena medida a que – en honor a la verdad – es un publico poco exigente capaz de reírse con esos comentarios jocosos míos que más de una vez han provocado sonrojo a esos queridos compañeros de armas míos a los que tengo el inmenso honor de poder llamar amigos.



Ahora que nuestra alianza militar es una realidad – y ya sabe la razón por la cual de vez en cuando me iba de farras con «Mis Demonios & Mis Fantasmas» – seguramente ya habrá captado el “mensaje subliminal” que encerraban los FOTOLOGs que le dedique, los textos que por cortesía de esas metáforas a través de las cuales la comparaba con los comandos de elite del Deutsches Heer, consiguieron que ella – rendida admiradora de la obra del gran Félix Lope de Vega y Carpio – pensase: Ist klar, “Los Poetas Han Muerto”



Uno que siempre tuvo una opinión sobre si mismo manifiestamente mejorable, no faltaría a la verdad si afirmase que desde hace un mes, al alzarse el Sol en el cielo sobre Gijón, aunque vea como a galope tendido se lanzan sobre él las feroces hordas lideradas por el paro y una cuenta corriente que no pasa por su mejor momento, el bravo corazón del “Pelayo” que hay en mí - gracias a tan valeroso y leal “Ángel de Guerra” – jamás será atenazado por el temor, y - hasta el día que la noble dama lo crea pertinente - guiara con precisión al brazo con el que empuñaré mi espada para despedazar con ella a todo aquello que ose atacar esa Santa Tierra que es, y será, la tierra donde ella este.



Dicho esto, dado que la moza en cuestión – al igual que Paco Camps – se puede jactar de tener muchas amiguitas del alma que la quieren huevo, hago saber a estas últimas que si algún día Los Dioses de La Guerra me confunden y provocan que se arrepienta del día en el que ordeno a sus unidades de choque que se AVALANCHasen sobre mí, no les guardare ningún rencor si – sesión de espiritismo mediante – tras conseguir que de las más oscuras tinieblas surja “Torquemada” convencen a este para que provoque que un servidor, tras ser sometido a las más variadas torturas, estremezca al cielo con alaridos de dolor capaces de “enmudecer” a los salidos de la garganta de acero de mi admirado Bruce Dickinson.

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