A principios del presente año, mientras su cuerpo estaba bajo el cielo sobre Bochum (Alemania), la mente del admirador de los que luchaban contra la Corrupción en Miami viajo hasta la villa que vio nacer a El Adelantado de La Florida cuando ante sus ojos, documental del canal N24 mediante, hicieron acto de presencia las imágenes que mostraban las impresionantes antenas cuyas bases están asentadas en las ardientes arenas del desierto de Atacama (norte de Chile), y cuyos paraboloides de doce metros de diámetro y dotados de aparatos de precisión submilimétrica hechos por Los Hombres de Ciencia que participaron en el Proyecto ALMA (Atacama Large Milimeter Array), están dirigidos a El Cielo, allí donde, según Los Hombres de Fé, va nuestro alma cuando llegamos al final del camino que nos lleva por ese Valle de Las Sombras que es La Vida.
A consecuencia de lo expuesto anteriormente, mientras por mis pabellones auditivos entraron palabras dichas en la lengua de Goethe, unas cuantas lagrimas pugnaron por salir a través de mis glándulas lagrimales espoleadas por la emoción que llego de la mano del recuerdo de aquel bendito día de 2008 en el que mis superiores jerárquicos creyeron pertinente que mi bautismo de fuego como Coordinador de Seguridad y Salud tuviera lugar en la parcela del Parque Empresarial del Principado de Asturias en la que se estaba llevando a cabo la ampliación de las naves industriales de ASTURFEITO, S.L.U., empresa asturiana con sede en Avilés y que, junto a su socio tecnológico MT MECHATRONICS (Alemania), llevo a cabo el mayor contrato adjudicado a una empresa española desde la entrada de España en la ESO (European Organisation for Astronomical Research in the Southern Hemisphere).
Dado que me producía auténtico pánico que uno de “mis coordinados” sufriera un accidente laboral, tengo que reconocer que el grito “¡Viva la Pepa!” no era el que salia de mi garganta cada vez que “La luz del norte” me anunciaba una llamada de mi enlace con la mencionada empresa.
No obstante, a pesar de tal circunstancia, supervisar las medidas de seguridad adoptadas en la obra del PEPA fue la experiencia profesional mas enriquecedora que tuve como Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales.
A parte de darme la oportunidad de protagonizar tensos momentos durante los que patéticamente intente hacerme respetar por Valentín “El Encargado” - un bigardo de dos metros de altura y unas espaldas de un metro de ancho – mis periódicas visitas me permitieron poner mi engolada prosa al servicio de informes en los que se dieron cita los albañiles de CONSTRUCCIONES QUIMAGA, S.L. (Principado de Asturias), los encofradores de ESTRUCTURAS Y ENCOFRADOS ISMAEL QUINTERO, S.L. (Principado de Asturias), los soldadores y pintores de empresas pertenecientes al Grupo COMONOR (Comarca del Bierzo), los técnicos especializados en máquinas – herramientas a sueldo de CMI AERONAUTICA,SL (Bizkaia) o los caldereros de ASTURFEITO, S.L.U. (Principado de Asturias)
En definitiva ese valioso capital humano que, llegado de diversos puntos de La Piel de Toro, aunó esfuerzos para conseguir que llegará a buen puerto el proyecto que el 10 de Marzo de 2009 desemboco en el traslado de la primera de las 25 antenas que durante los meses sucesivos, a bordo de en un buque que realiza la línea regular entre Alemania y la costa oeste de Sudamérica, recorrieron las millas marítimas que hay entre el muelle de San Agustín del Puerto de Avilés y el puerto chileno de Antofagasta.
En estos tiempos en los que “los emprendedores” se han convertido en la gran esperanza del padre de esa niña llamada Victoria Esperanza, sin lugar a dudas, un ejemplo a seguir por todos ellos es Belarmino Feito Álvarez, ese hombre que el día de la lotería de Navidad de 1989, tras encomendase a La Diosa Fortuna, haciendo gala de una osadía digna del comando de fuerzas especiales al servicio de Su Graciosa Majestad y cuyo lema es “Quién arriesga gana”, lo arriesgo todo involucrándose en una aventura empresarial que empezó en una calle de Oviedo en la que abrió un pequeño taller industrial de 40 m2 y que años después - gracias a muchas horas de trabajo y a la extraordinario labor del equipo de profesionales que se unieron a él – ha conseguido que el nombre de “su criatura” sea sinónimo de calidad para empresas de Alemania, Austria, Francia, Bélgica, Irlanda, Italia, Reino Unido, Suecia, Suiza, Canadá, Estados Unidos y África.
Los 32.000 m2 de superficie que suman las instalaciones de ASTURFEITO, S.L.U. en el Área Industrial de Tabaza y el Parque Empresarial del principado de Asturias son testigos de como 160 profesionales entre los que hay ingenieros, caldereros, soldadores, mecánicos y montadores - gracias al trabajo que comienza en el Departamento de Ingeniería y Desarrollo y que culmina en el taller donde moran máquinas tan bellas como una Fresadora Zayer 30 KCU – 10000, una Fresadora Puente KOLB, un Torno vertical Schiess o una Mandrinadora Schiess – han conseguido que la empresa intervenga en ambiciosos e innovadores proyectos desarrollados en los más diversos sectores industriales.
Visto como esta el patio patrio – mientras esperamos a que los rezos de Fátima Bañez a La Virgen del Rocio provoquen la bajada el paro, y que los miembros de El Comité de Sabios, metidos en la armadura y la piel de Los Caballeros de la Tabla Redonda, consigan rescaten a esa damisela en apuros que es España – es más que pertinente centrarnos en la impresionante evolución de ASTURFEITO, S.L.U. y dar parte de unas cuantas enseñanzas y ejemplos que deberían avergonzar a unos cuantos.
Sacar producción gracias al trabajo de jóvenes en prácticas que trabajan gratis total, abortar la proyección profesional de las mujeres que se quedan embarazas, realizar drásticas reducciones salariales con la excusa de la crisis o trasladar las factorías a países donde los operarios son más morenitos y sobre todo mucho más baratitos son algunas de las razones por las cuales en esta España mía, en esta España nuestra, la palabra “empresario” es para muchos sinónimo de “hijo de mujer de dudosa catadura moral”; no obstante, sería tremendamente injusto generalizar y no reconocer que hay otros muchos hombres y mujeres que cada día que amanece, al igual que Belarmino Feito Álvarez, trabajan duro para conseguir que las empresas en las que invirtieron un importante capital y muchas esperanzas sobrevivan en el mercado, y que además mejore la calidad de vida de sus familias y la de sus empleados, esa humilde infantería para la cual dar una buena educación a sus hijos con el puñado de euros ganado con el sudor de su frente es mucho más importante que el echo de que las acciones de la empresa suban un punto en bolsa.
Reírse con las gracias de Graciano Torre, cantar flamenco en brazos de Manuel Chaves “El Padrino”, sofocarse al ver el hercúleo torso de José María Aznar o ir a la playa con el hombre eternamente bronceado que estaba en política para forrarse son los grandes méritos que justifican que Nino Torre (Diputado del Grupo Socialista en la Junta General del Principado de Asturias), Bibiana Aído (Ministra de Igualdad durante el Gobierno de Zapatero), Ana Botella (Alcaldesa de Madrid) y María Zaplana Barceló (Asesora en la Secretaria de Estado de Turismo) cobren unos suculentos sueldos salidos de las arcas públicas, ese fondo de caudales que solo debería ser abierto para pagar a Servidores de La Patria poseedores de un buen Curriculum Vitae y capaces de vivir “en el mundo real”, en ese competitivo y salvaje mercado laboral en el que al salir el sol se baten el cobre profesionales como por ejemplo los ingenieros que dibujan planos de piezas con programas de diseño asistido por ordenador o los operarios que mecanizan tochos de acero con Máquinas – Herramientas.
Si bien el rumbo MARCAdo por un capitán que no es precisamente un as de la navegación tiene buena culpa de que el barco llamado España no consiga escapar de esa tormenta perfecta que es La Crisis, siendo honestos, hay que reconocer que los marineros podríamos hacer mucho más; y es que, aunque en este país cainita donde los haya sea casi una obligación pegarse puñaladas unos a otros espoleados por LaSecta o INTERFACHA, deberíamos pararnos a reflexionar y darnos cuenta de que, al igual que los trabajadores de ASTURFEITO, S.L.U., todos debemos remar en la misma dirección puesto que de lo contrario – independientemente de que seamos gente de bien de derechas, progres de izquierdas, ateos gracias a Dios, guerrilleros de Cristo Rey o perro flautas partidarios de políticas económicas neoliberales – nos hundiremos en la miseria bajo la atenta mirada del cielo sobre el desierto en el que están instaladas las antenas construidos por esa empresa que, sin lugar a dudas, es un bonito ejemplo a seguir ante el feito panorama desde el puente.
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