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jueves, 10 de mayo de 2012
Aquellos maravillosos años
Hoy 10 de Mayo de 2012, día en el que se conmemoran los 25 años de vida del Instituto de Educación Emilio Alarcos es un buen momento para que le rinda un sentido homenaje uno de los alumnos que, en los días que dicho centro era conocido como “El Nº 7”, paso del “mundo infantil” (el Cole) al mundo de los adultos atravesando un puente que, por fortuna para él, era mucho mas seguro que el que se levantaba sobre el río pilón y por el que tantas veces paso emulando a su admirado Indiana Jones.
Recuerdo la primera vez que fui con mi Santa Madre hasta el Instituto de Educación Secundaria Nº 7 con objeto de comprobar si había sido admitido para el Curso Académico 91/92, llegar y ver a gente pirando clase, fue para mi todo un shock dado que uno que era un joven formal y disciplinado consideraba inmoral aquello, así como que la gente fumase.
A pesar de que todos los recuerdos que tengo de mis años de instituto son muy gratos, sin duda alguna lo mejor que me paso fue conocer a los que fueron, son, y serán hasta el fin de mis días, algunos de mis mejores amigos.
El día que cruce por primera vez las puertas del aula de 1º E no imaginaba que allí se cruzaría mi camino con el de Carlos Cantarero, Francisco Molinero, Daniel Herrero y Jorge Gines, nobles caballeros donde los haya, que hicieron que aquel curso fuera sin duda alguna el mejor de mi vida.
Inolvidables son los partidos que jugábamos al salir de clase, partidos en los que usando como balón una lata de Coca - Cola emulábamos a nuestros ídolos futbolísticos, en cuantas ocasiones alguno acabo con una brecha al rematar de cabeza el afilado esférico.
Respecto a los profesores, hay que reconocer que todos hicieron una gran labor pues todos ellos mostraban gran interés en que adquiriéramos conocimientos sobre las más variadas disciplinas, conocimientos que nos ayudarían años después a desenvolvernos con soltura en nuestra etapa universitaria.
En este punto he de confesar que un servidor en alguna que otra ocasión saboteo algunas de sus clases realizando comentarios jocosos sobre la materia impartida, comentarios que si bien agradaban a mis compañeros de pupitre no eran del todo bien recibidos por los docentes que los sufrían.
De primero recuerdo con especial cariño a Ana Martín, la cual a parte de explicarnos el apasionante mundo de la Biología ejerció la ardua tarea de tutelar a una treintena de adolescentes durante su “bautismo de fuego” en el instituto.
Nunca olvidaré aquel día en el que durante la entrega de las notas de la segunda evaluación me confeso sentirse sorprendida ante aquella proeza mía de aprobar todas las asignaturas tras haber cosechado cinco merecidos cates, como una catedral, en la primera evaluación.
Inolvidable es para mi aquella noche que precedió a la mañana de Diciembre de 1991 y durante la cual, mientras veía esa obra maestra del Septimo Arte que es “Los valientes visten de negro”, a la pregunta de mi progenitor – José Luis, ¿Suspendiste alguna? – sin rubor alguno conteste, “Creo que no”.
Y si de suspensos se trata uno fue un autentico experto en la materia, circunstancia de la que da fe el hecho de que en las Navidades del 1992, quizás por ser año olímpico, supere mi liston y volvi a verme en la tesitura de recorrer el camino a casa con el zurrón bien cargadito de Íes de insuficiente.
No obstante conviene aclarar que el guerrero caído siempre se levanto, y para ejemplo de ello es la espectacular recuperación de la que fueron testigos mis compañeros durante el curso 2 º BUP, y que, a petición de Laura nuestra tutora, me brindarón una ovación cerrada en reconocimiento de semejante proeza, proeza esta que, conviene aclarar, no fue del todo épica por culpa del suspenso en Lengua y Literatura.
Cabe en este punto hacer mención especial al examén final de dicha asignatura y que consistía en esa temida prueba denominada “comentario de texto”. Aún recuerdo como si fuera hoy el momento en el que mientras, TVE 1 mediante, veía a “El Jinete Pálido” huir a galope tendido del Infierno que le seguía pensaba: Como mañana caíga uno de los textos que no estudie ya puede Clint Eastwood, metido en el traje y la piel de El predicador, rezar para que baje la Virgen María a ayudarme.
A parte de suspender y decir gracietas un servidor tuvo sus primeros contactos con la política dado que el sabio juicio de mis compañeros durante los cursos de 2º, 3º y COU. hizo que a través de las urnas ocupase el cargo de subdelegado, cargo cuyo desempeño me llevo en más de una ocasión a asistir a más de una asamblea para decidir si se hacía huelga, ya fuera esta por la situación económica del país, por el conflicto árabe - israelí o por el progresivo calentamiento de los Polos.
Como olvidar cuándo, tras la asamblea de marras iba a dar parte a mis compañeros de lo allí dilucidado y antes de que acabará la frase “al final hacemos huelga...” las mochilas, carpetas y demás pertrechos ya habían volado.
En fin, a pesar de que han transcurrido 17 años desde que me licencie con honores y ha habido muchos cambios en mi vida, el que en aquellos días solo escuchaba el agro – rock de LOS BERRONES y hoy en día se estremece con el ruido y la furia del heavy – metal por mucho tiempo que pase nunca jamás olvidará aquellos maravillosos años.
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Qué recuerdos y qué buen curso el de 1ºE que yo tuve que repetir.
ResponderEliminarGracias José Luis.
ResponderEliminarQue el dans dans dans de Toño sea contigo.