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lunes, 14 de mayo de 2012
Barrios de Gordón, allí a donde digo que voy
Siete años antes de que los miembros de la Academia de Hollywood le premiasen con hasta siete Oscars tras pillarlo in fraganti, “Bailando con lobos”, Kevin Costner protagonizo "¿Dónde dices que vas?", una película que nos traslada hasta 1972 para narrarnos en clave de comedia las aventuras de “Los Groovers”, un grupo de cinco amigos que el día de su graduación se lanzan a la carretera con la intención de atravesar el desértico estado de Texas y vivir su última aventura antes de enfrentarse a la dura perspectiva del matrimonio, el trabajo y la guerra del Vietnam.
Dado que – como cantaría Loquillo – de tanto hablar de cine he terminado encuadrando la vida no puedo evitar acordarme del film de Kevin Reynolds cada vez que el destino me brinda la ocasión de poner tierra de por medio y compartir unos días con algunos de los hermanos de armas gracias a las cuales esa modesta película de arte y ensayo que es mi vida a medida que pasan los años se parece cada vez más a una espectacular superproducción.
Fue una ya lejana tarde del verano de 1996 cuando, mientras sentados en una de las mesas del merendero Puente del Piles debatíamos sobre lo divino, lo humano y chorradas varías, Maese Carlos tuvo a bien invitarme a pasar unos días en la casa que sus padres tenían en Los Barrios, una de las diecisiete poblaciones de La Pola de Gordón (Provincia de León).
Sabedor de que esa casa era el lugar donde Carlos junto a Francisco, Abel, Pedro, Iván y Christian celebraban jornadas de convivencia durante las cuales certificaban que – tal como dijo el político estadounidense Hubert Horatio Humphrey - El mejor regalo de la vida es la amistad; aquel para el cual en aquellos días LOS BERRONES eran su grupo de cabecera y que hoy en día, madurez personal y musical mediante, sueña con ser uno de los heavys a los que IRON MAIDEN sube al escenario para que canten junto a ellos “Heaven can wait”, ante tamaña invitación se sintió como si fuera una de las adolescentes a las que John Francis Bongiovi Jr. señalo con el dedo mientras cantaba “Always” durante el concierto que aquel año, en el Estadio El Molinón, dio la banda que lidera el mencionado guapito de cara y que, litros y litros de laca mediante, tuvo buena culpa de que a mediados de los 80 empezase a generarse el agujero de la capa de ozono.
Aunque las experiencias vividas hasta la fecha junto a ellos y a otras personas que a lo largo de estos años, han accedido a enrolarse en mis unidades de choque, al fin y a la postre, han logrado superar la marca que el listón de mi felicidad alcanzo aquel verano olímpico lo cierto es que siempre tendrán un lugar en mi corazón aquellos primeros días míos en Barrios de Gordón, allí a donde llegue tras dejar atrás a esa santa mujer que me dio la vida y que, aún a día de hoy, quiere creer que, lejos del mundanal ruido, su hijo y sus amigos disfrutan de un retiro espiritual ajeno a las bondades de líquidos espirituosos.
Si bien es cierto que nuestra dieta a base de comidas ricas en grasa horrorizaría a cualquier dietista no sería descabellado afirmar que, si hubiera estado presente durante nuestras particulares jornadas gastronómicas, el Dr. Torreiglesias no habría dudado en afirmar que “Saber vivir” no es evitar tener problemas cardíacos a consecuencia del colesterol, sino saber elegir a las personas capaces de conseguir que nuestras penas pierdan su sabor.
Durante estos dieciséis años cada una de nuestras estancias en tierras de Castilla nos aportaron inolvidables horas de goce y disfrute, horas estas en las que tuvieron cabida momentos para la diversión y momentos para la reflexión.
Y es que los adolescentes que a finales de los 90 tenían entre sus preocupaciones “mis padres no me entienden” hoy en día, siendo alguno de ellos padre de familia, se enfrentan a los problemas derivados de la madurez, un tiempo vital este en el que tras caernos del guindo, De Guindos mediante, en mayor o medida, nos vemos obligados a enfrentarnos a Los Mercados, esos siniestros personajes que hacen que sea adorable el monstruo contra el que se las vieron “Los Goonies”, aquel grupo de amigos que protagonizaron la película que cierta noche, tras un inexplicable cruce de cables, fue objeto de las mas furibundas criticas de este rendido admirador de “Los Mercenarios”.
A estas alturas en las que es muy negro el futuro de EL PAÍS en particular y de EL MUNDO en general, no sería osado afirmar que SPROVNA, el cansino grupo terrorista sin animo de lucro que vio la luz en aquellas lejanas tierras cuando cayo en brazos de Morfeo LA RAZÓN de sus creadores, tendría mucho que aportar al desmadre permanente en el que vivimos, más un teniendo en cuenta que el tiempo político en Asturias lo marca un tipo tan ligero de Cascos como los mencionados.
Aunque el que esto escribe hace tiempo dio perdida la lucha por conseguir un “corpore sano” siempre encontró de lo más gozosas las rutas de montaña a través de la hermosa geografía castellano - leonesa.
Y es que, aunque tarde o temprano, siempre acababa boqueando en busca de oxigeno bien merecían la pena dichas marchas forzadas, más aún teniendo en cuenta que durante ellas, a parte de rodar el spot para la campaña “Ya es otoño en El Corte Inglés”, tuvo ocasión de oír como el audaz explorador y aventurero Iván de la Quadra Salcedo sorprendía a propios y extraños con las explosivas declaraciones “No tengo punto de apoyo y aquí hay ramas que parecen raíces muy jodidas”.
Ante tal tesitura, vivido lo vivido junto a ellos al norte del futuro y al sur de la esperanza, hago saber a esos jóvenes airados que son Carlos, Francisco, Daniel, Abel, Iván y Pedro que les estoy inmensamente agradecido por cederme una parcela de su corazón, y que espero y deseo que sigamos juntos hasta el día que nos veamos obligados a fijar nuestra última residencia en el otro barrio.
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Muy grande Jose!!!...parte de mis mejores recuerdos y experiencias están con vosotros en Barrios..y espero que vengan muchas más!!!
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