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martes, 19 de junio de 2012

Guerreras admirables aunque no lleven ni YELMO ni coraza


Fue en el año 1993 cuando por cortesía de Telecinco – “la cadena amiga de la bazofia” Mi Santa Madre dixit – un servidor raudo y veloz se atrincheraba en el sofá para ver “Expediente - X”.

Si bien fueron muchos los gratos momentos que me brindaron las nueve temporadas de la serie que narraba las aventuras de Fox Mulder (David Duchovny) y Dana Scully (Gillian Anderson) un par de agentes del FBI que, haciendo uso y abuso de los dineros de los contribuyentes estadounidenses, se dedicaban a perseguir “hombrecillos verdes”, lo cierto es que si tuviera que quedarme con un solo momento este seria el instante en el que ese misterioso personaje llamado “El Fumador” (William B. Davis) pronuncio la frase: El arrepentimiento es una consecuencia inevitable de la vida.


Aunque la afirmación de Baruch Benedict Spinoza - El que se arrepiente de lo que ha hecho es doblemente miserable – es un buen motivo para no resucitar a “Mis Demonios & Mis Fantasmas” lo cierto es que para una parte de mi ser es inevitable arrepentirse por el tiempo que durante cierta etapa de mi existencia malgaste por cortesía de esa mala cabeza mía que me llevo a recorrer malos caminos a bordo de “El carro de La Vida” del que empujan los años y tiran los días.



Dado que – tal como dijo el escritor Charles Dickens“Nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación”, hoy 18 de Junio de 2012 es buen momento para mostrar mi arrepentimiento por las considerables horas de mi vida durante las que - en lugar de estudiar “Cinemática y dinámica de mecanismos” – el proyecto de “ingeniero técnico mecánico” que yo era, sirviéndose de la articulación brazo – codo – antebrazo, se licencio con buena nota en la asignatura “Levantamiento de vidrio en barra fijo”.

Dicho esto, una vez que ha dado parte de su arrepentimiento por su tan poco ejemplar hoja de servicios, es momento de que el bribón que se paso buena parte de su etapa universitaria chapando los antros de perdición de La Villa haga saber a sus estimados lectores que Sheila, María y Marta, “Las tres gracias” protagonistas del día, a pesar de que no lleven ni YELMO ni coraza, son para él guerreras admirables gracias a los éxitos que jalonan su trayectoria académica y que son motivo más que suficiente para que todas ellas estén llenas de orgullo y satisfacción.

Teniendo en cuenta que el que esto escribe se las vio y se las deseo para conseguir aprobar las asignaturas de la carrera que le eran impartidas en su lengua materna, para él las épicas victorias que Oton I El Grande – fundador del Sacro Imperio Romano Germánico – logro en el campo de batalla en el que se enfrento a los fieros eslavos, magiares y vikingos palidecen ante las hazañas bélicas de Sheila María Menéndez Fernández, la dama que, en un alarde de valentía por su parte, cambio el calor del hogar paterno por el frío de las tierras germanas, más concretamente por el de Bochum, ciudad esta en la que gracias al tándem “esfuerzo – inteligencia” consiguió el objetivo que la había llevado hasta tan lejanas latitudes: la doble titulación en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo y la Ruhr - Universität Bochum.


Por si fueran poco admirables las extraordinarias calificaciones que se gano a pulso en las ocho asignaturas que estudio en el endiablado idioma que Carlos V utilizaba para hablarle a los caballos, “La Amazona que cruzo el Ruhr a galope tendido” bien se merecería que “El caballero de Olmedo” se pusiese a sus pies por haber conseguido también que sean muchos los niños y adolescentes que gracias a ella, desde hace años, aprueban satisfactoriamente las asignaturas que versan sobre la gramática y la sintaxis propias de la lengua de Lope de Vega, Shakespeare y Goethe.

Si bien es cierto que, al igual que para la filóloga hispánica anteriormente mencionada, para María Fernández Gancedo hubo más sombras que gozos gracias a la asignatura impartida por Josefina Martínez Álvarez, ello no fue impedimento para que la noble dama – con la bravura y pundonor de la que Don Quijote hizo gala durante “La batalla con los cueros de vino” - consiguiese que sucumbiesen a sus pies los ogros a los que se enfrento para obtener la titulación que da fe de que es una experta en todo lo concerniente a la lengua del único e inigualable Miguel de Cervantes Saavedra.


Como si quisiera el destino que Sheila y María fueran distintas caras de la misma moneda, la que lleva mi misma sangre también se decanto por seguir el arduo camino de la enseñanza, camino este que hace siete años la llevo hasta la ciudad en la que los pájaros visitan al psiquiatra y residen muchos “hijos de la inmigración”, “hijos de la inmigración” como los que – llegados desde diversas partes del mundo – ocuparon las aulas del “IES Pío Baroja”, centro escolar en el que, durante el curso 2011 – 2012, María – además de explicarles todo lo que siempre quisieron saber sobre el complemento directo y nunca se atrevieron a preguntar – les trato de inculcar los valores necesarios para que el día de mañana lleguen a ser buenas personas capaces de conseguir que en la prensa diaria solo tengan cabida buenas noticias.



Aprovechando que es una rendida admiradora del cine clásico y una de sus películas favoritas es “El tercer hombre”, he creído pertinente que sea Marta Fernández Gancedo “La tercera mujer” a la que es justo y necesario rendir pleitesía.


El que “mecanográficamente hablando” tiene menos pulsaciones que un muerto nunca olvidara aquellos días en los que Marta - durante maratonianas jornadas que comenzaban con la salida del sol y acababan con la salida de la luna – a parte de estudiar gruesos tochos sobre legislación, “machaco” sus dedos para conseguir que estos adquiriesen la destreza necesaria para solventar con garantías las pruebas de mecanografía a las que tendría que hacer frente a lo largo de las duras oposiciones para Auxiliar Administrativo del Estado.

A parte de que lo admirable que es para mí que sus dedos vuelen sobre el teclado que yo patéticamente aporreo con un dedito, me veo en la obligación de rendirme ante la capacidad de superación de la que dio siempre muestras y que, al fin y a la postre, además de permitirle convertirse en funcionaria de carrera, ha valido para que sus superiores en la Jefatura Provincial de Tráfico de Madrid alaben la eficacia que muestra a la hora de resolver los problemas a los que se enfrenta durante el horario laboral en el que, entre otras cosas, tiene que poner los puntos sobre las íes a “Las Princesas de la autopista” que protestan por que la DGT les quita puntos por poner a 200 el coche con el que provocan que los tipos duros pasen apuros cuando se cruzan por su carril.



Ante la tesitura que supone saber que – tal como bien apunto Harriet Beecher Stowe, la autora de “La cabaña del tío Tom” - “Las lágrimas más amargas que se derramarán sobre nuestra tumba serán las de las palabras no dichas y las de las obras inacabadas” el que espera y desea morir antes que Sheila, María y Marta y conseguir que estas le recuerden mejor de lo que fue, por si se diera el caso contrario y tuviera que ser quien derramase las lágrimas más amargas espera haber conseguido con este blog que sean conscientes de que son poderosas como el trueno y un ejemplo a seguir por todos aquellos que ante los golpes que nos caían por arriba y por abajo en ese ring de boxeo que es La Vida más de una vez tuvimos la tentación de arrojar la toalla.

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