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martes, 26 de junio de 2012

Desde la barra del CLANDESTINO hasta Las Puertas del Cielo


A lo largo de los 22 episodios de la recientemente finalizada cuarta temporada de Fringe: Al límitelos seguidores de la misma hemos disfrutado de una interesante y emocionante historia que se ha sustentado sobre la existencia de un universo alternativo en el que todos y cada uno de nosotros tenemos “otro yo” que ha trazado su propio camino mediante una serie de decisiones que no siempre son iguales a las que nosotros hemos tomado en este.


Aunque se que la existencia de “José Luis – alternativo” solo es posible en las mentes de los guionistas de la que, sin lugar a dudas, es una de las series más fascinantes de los últimos años, lo cierto es que si el mencionado caballero hubiera o hubiese existido espero y deseo que tuviese la sabiduría de seguir el camino que yo he trazado en mi universo y que entre otras cosas me brindo la posibilidad de conocer a una serie de personas gracias a las cuales mi vida es de lo más satisfactoria.

Dado que con catorce años de edad mis dudas a la hora de optar por una u otra de las ofertas que tenía sobre la mesa – F.P. o B.U.P - provoco que dejara mi futuro en manos de mi agente – Mi Santa Madre – la primera decisión importante concerniente a “mis estudios” llego cuando me toco la hora de elegir que carrera estudiar.

A parte de los conocimientos adquiridos durante mi formación académica en la EUITI tengo que agradecer a mi “sabia decisión” que me permitiera conocer a Paco y Alberto los tipos que por una serie de vicisitudes provocaron que mi trayectoria vital alcanzara su punto de inflexión la noche del 7 de Agosto de 2004.


Y es que declinar su invitación a acompañarles hasta el campamento base que habíamos instalado en un prado de Ribadesella, y decantarme por chapar los chiringuitos en compañía de D. Ricardo Álvarez Farpón puede decirse que supuso el primer paso de nuestro viaje, un viaje que si bien en un principio implico que derramáramos sangre y sudor por cortesia del penoso atajo por el que en un primer momento nos decantamos, al fin y a la postre nos llevo hasta nuestro particular “Camino a la perdición”, esa senda peligrosa que años después, para sorpresa mía, me llevo hasta Las Puertas del Cielo, esas que, en honor a la verdad, jamás creí que vería a consecuencia de la vida que había elegido.


Aunque el cariño, el respeto y la lealtad que me ha mostrado a lo largo de los últimos siete años son motivos más que suficientes para que le este inmensamente agradecido, el hecho de que la noche del 26 de Junio de 2010 - tras haber oído junto a mí en el ROCK INFERNO el tañido de “Las campanas del Infierno” - llegase a la conclusión de que antes de ir al MATADERO emulando a los miembros de la 82ª y 101ª División Aerotransportada que desembarcaron en Normandía era más que pertinente hacer una parada en el CLANDESTINO, es la razón por la cual el mencionado caballero se merece una estatua tan grande como la que se levanto en la parte frontal de Old Trafford en homenaje a Bobby Charlton, George Best y Denis Law.


Y es que si hubiéramos ido directos al bar donde todo el mundo conoce nuestro nombre con intención de seguir incrementando la riqueza de los dueños de la cervecera HEINEKEN y de paso debatir sobre lo divino y lo humano y las andanzas por los campos de futbol de España de “Los Once Jinetes Rojiblancos” dirigidos por el aPreciado Manolo, estoy seguro de que el que cierta noche dejo estupefactos y anonadados a los parroquianos del lugar con la frase – Pues Iggy Pop parece un tipo bastante cariñoson – no habría conocido a “La Filóloga Hispánica que surgió del frío de Bochum”, la noble dama que gracias a su carta de presentación - “Me gusta el teatro, me gusta mucho Lope de Vega” – provoco que, en un alarde de sensatez por mí parte, me abstuviese de deleitarla con una justa poética en honor de Chuck Norris, Jean Claude Van Damme y Sylvester Stallone, esos santos varones que, por desgracia para ella, dentro de unas semanas vera en acción en esa obra maestra del Séptimo Arte que lleva por título “Los Mercenarios 2”.



Dados los acontecimientos posteriores que dieron lugar a que, hasta “El día que lluevan pianos” la mencionada dama y yo vayamos a una, como en Fuenteovejuna, nunca podre olvidar que los miembros del Navy SEAL Team Six que veinte meses después culminarón con éxito mí particular “Operación Gerónimo – E KIA” derramaron su primera sangre aquella inolvidable velada durante la cual, antes de proceder a la explosión controlada de un barril de T.N.T., no dudaron en seguir una estrategia militar manifiestamente mejorable que se fundamento básicamente en realizar furibundas criticas a “Pretty Woman” y poner en duda que ese guapito de cara llamado Jon Bon Jovi fuera capaz de beberse entera una botella de vodka tendido sobre una “Cama de rosas”.



Dicho esto, dado que pedirle que me deje abierto el balcón de sus ojos de gata podría dar lugar a que Maruja prisionera de los celos “tatuase” mi rostro impenetrable con unos cuantos zarpazos, hoy que se cumplen dos años desde la bendita Hora Zulu en la que este admirador de la discografía de “La Doncella de Hierro” conoció a la mencionada admiradora de la obra del autor de “La Dama boba”, a través de este “blog aniversario”, además de darle las “Gracias por elegirme” y conseguir que ya no me quede ninguna partida por jugar con “Mi amiga mala suerte”, le hago saber a la susodicha que ella es la mujer a la que aDORO y que no dU.D.O. en afirmar que junto a ella me siento y me sentiré como si estuviese “Danzando con un ángel”.

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