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sábado, 31 de agosto de 2013

Cuando los corderos se sublevan y acaban convirtiéndose en leones


Aunque, en honor a la verdad, hubiera preferido que la definiera como una replica de La Biblioteca de Alejandría tengo que reconocer que no me desagrado que La biblioteca de un gladiador fuera el nombre que dio a mi extensa colección de libros la dama junto a la cual, durante cinco inolvidables meses, viví bajo el cielo sobre Bochum, ciudad perteneciente a Renania del Norte - Westfalia, la región del norte de Alemania que junto a la de Baja Sajonia acoge en su seno el Bosque de Teutoburgo (Teutoburger Wald), el lugar donde los guerreros que había reunido La Alianza de Tribus germanas (queruscos, marsios, chatti, brúcteros, usípetes y angrivaros) dieron un duro golpe al Imperio Romano, esa máquina conquistadora que entre los años 27 a. C. y 476 d. C. se hizo dueña y señora de buena parte del mundo conocido gracias en buena medida a los hombres que formaban parte de las legiones romanas, esas unidades de infanteria que cincelaron su nombre en La Eternidad gracias a victorias bélicas tan grandiosas como las que consiguieron al mando de Publius Cornelius Scipio Aemilianus Africanus (185 a. C. - 129 a. C.), el militar que lidero a las que protagonizan una de las novelas más famosas del escrito valenciano que puso nombre a “Los asesinos del emperador” Tito Flavio Domiciano (51 – 96) a los que los enemigos de este último reclutaron por el coraje que habían demostrado en La Arena del Coliseo, allí donde, en el año 180 d. C., tras gritar Ave, Caesar, morituri te salutant (Salve, César, los que van a morir te saludan), lucho el “Gladiador” de cuyos labios el emperador Lucio Aurelio Cómodo Antonino (161 –192) oyó: Me llamo Máximo Décimo Meridio, Comandante de los ejércitos del norte, General de las legiones Félix, leal servidor del verdadero emperador Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada, y alcanzaré mi venganza en esta vida o la otra.


Elysium, la película hoy reseñada, bien merece que su pertinente blog tenga un título inspirado en la frase grabada en la empuñadura de la espada del noble Robert Loxley y que fue leída por “Robin Hood”, el legendario arquero que moraba en el bosque de Sherwood y en cuyos ropajes se metió en el año 2010 Russell Crowe, el actor que nueve años antes se metió en la coraza del general romano mencionado anteriormente y que con fuerza y honor, cerca de Vindobona (Viena), se enfrento a bárbaras tribus germanas junto a cientos de soldados a los que antes de la batalla hizo saber que si se veían cabalgando solos por verdes prados y con el rostro bañado por el sol, significaba que habían muerto y que gracias al coraje y pundonor demostrados durante el combate habían sido elegidos por Los Dioses para vivir eternamente una existencia dichosa y feliz en El Elíseo.


Y es que "Alzaos, alzaos una y otra vez, hasta que los corderos se conviertan en leones" es lo que impulsa a la rebelión que, para su desgracia, acaba liderando Max Da Costa, un exconvicto al que – dada la negativa de Eminem a trabajar a más de 8 millas de Detroit – ha acabado encarnado Matt Damon, el actor que tras romper con su imagen de chico bueno interpretando al talentoso Tom Ripley y al frío asesino Jason Bourne, en el año 2009, a la ordenes de “El fuera de la ley”, dio vida a Francois Pienaar, el hombre que capitaneo a los "Springboks" sudafricanos que el 24 de junio de 1995, durante la final de la Copa Mundial de Rugby que se disputo en el estadio Ellis Parken (Johannesburgo), macHakaron a los "All Blacks" neozelandeses liderados por la imparable bestia llamada Jonah Lomu ante la atenta mirada de decenas de miles de espectadores entre los que se encontraba Nelson Rolihlahla Mandela, el abogado y político sudafricano que, durante los veintisiete años que paso tras las rejas de las prisiones en las que cumplió condena por liderar el Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA), consiguió ser el capitán de su alma e impedir que su corazón fuese devorado por el odio hacia los que sobre la tortura y el asesinato construyeron ese odioso régimen que era el Apartheid.


Si en el año 2009, Neill Blomkamp – sirviéndose del drama de unos extraterrestres encerrados en el gueto “District 9” – realizo un alegato contra las leyes segregacionistas con las que, entre 1948 y 1994, los descendientes de los afrikáner (colonos blancos de origen holandés) trazarón una línea roja entre los negros y los blancos que integraban la población de La Nación del Arcó Iris, en su segundo largometraje – a través de un relato de ciencia ficción distopica – muestra como ese instinto tan primario que es la lucha por la supervivencia y que acompaña al hombre desde la época de las cavernas, es el causante de esa interminable guerra que se libra entre los que tienen poco y quieren tener algo mas y los que tienen mucho y se niegan a tener menos.


Los Ángeles, año 2154: tras una serie de acontecimientos del mas diverso índole que han provocado que La Tierra se haya convertido en los mas parecido a El Infierno, El Cielo ha acabado siendo una realidad gracias a los millones de dólares que destinaron a su construcción todas aquellas personas de gran poder adquisitivo que desean disfrutar de una gran calidad de vida en lujosas mansiones que nada tienen que ver con las insalubres moradas de los pobres diablos que, a miles de kilómetros de distancia, cada día que pasa, mientras sus pulmones son devorados por el aire contaminado, son mas conscientes de que en el dantesco lugar en el que viven no tiene cabida la esperanza y que la salvación tiene un precio que jamás podrán pagar. 


Tras estar cuatro años en la cárcel por un crimen que no había cometido, Max Da Costa sobrevive trabajando en una de las fábricas de la Corporación Armadyne, empresa esta que, a parte de haber construido la estación espacial que alberga en su interior El Paraíso Celestial, es la encargada de imponer la ley en El Infierno Terrenal. Durante una jornada de trabajo Max sufre un grave accidente como consecuencia del cual recibe una elevada dosis de radiación que le provocara una lenta y dolorosa muerte si antes de cinco días su tejido celular no es regenerado gracias a la avanzada tecnología de las máquinas que solo están al alcance de los privilegiados habitantes de Elysium, el lugar que seria bautizado como “Un lugar llamado Milagro” por Ruby Archuleta, el personaje cinematográfico encarnado en 1988 por Sonia Braga, la tía materna de Alice Braga, la actriz brasileña que da vida a Frey, una antigua amiga de Max que dejo huella en el corazón que alberga en su interior el tatuado cuerpo de este último, y que, al igual que él, por culpa de los “Depredadores” que devoran el cuerpo de su hija, necesita entrar en la inexpugnable fortaleza que sus ojos contemplan al alzar la vista al cielo.


Mientras que la seguridad de Meg Altman y su hija Sarah estaba garantizada por las paredes acorazadas de la “Habitación del pánico”, la de los habitantes de Elysium lo esta por los misiles que, contra los transbordadores espaciales llenos de ciudadanos ilegales, ordena disparar la Ministra de Defensa Jessica Delacourt, personaje este encarnado por Jodie Foster, la actriz que en 1991 gano el Oscar a la Mejor Actriz por dar vida a Clarice Starling, la agente del FBI que por el día se estremecía al oír las recetas gastronómicas de Hannibal "El canibal", y por la noche se enfrentaba a pesadillas alimentadas con el recuerdo de días pasados durante los que “El silencio de los corderos” le hacía saber que las gargantas de estos ya habían sido cercenadas por el cuchillo empuñado por el carnicero cuya visión les arrancaba chillidos que suplicaban una ayuda que la inocente niña que era ella jamás fue capaz de darles.


El discurso durante el que Delacourt afirma que sus despiadados métodos son la única forma de evitar que la paz de Elysium sea quebrada por gente indeseable y muy poco aseada, sin lugar a dudas, sería aplaudido por todos aquellos que consideran tolerable y necesaria la intolerable brutalidad con la que en ocasiones los miembros de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos evitan que la patria del Tío Sam y Superman sea invadida por los inmigrantes llegados de México para los que la conquista del sueño americano acaba convirtiéndose en una pesadilla durante la cual acaban con las espaldas mojadas por las aguas del Río Bravo o por el sudor derramado por cortesía de las infernales temperaturas que se registran en el desierto de Sonora (Arizona).


Por si fuera poca la tranquilidad que da el ruido y la furia de los misiles teledirigidos y los robots que integran las unidades Homeland Defence y que han sido diseñados por Weta Digital - empresa de efectos especiales propiedad de Peter Jackson, el director neozelandés que seducido por el talento de Neill Blomkamp produjo a este último su primera película - los habitantes de Elysium tienen de su parte al Agente Kruger, un sádico y despiadado mercenario al que – dando fe de un radical y sorprendente cambio de registro – interpreta Sharlto Copley, el actor fetiche de Blomkamp que dio vida al noble e inocente protagonista principal de la brillante opera prima de este último, y que en 2010 encarno en la pantalla grande a uno de los protagonistas de una serie que, en la década de los 80, con las balas vomitadas por un rifle de asalto M 16, grabo su nombre en los anales de la historia de la pequeña pantalla, y que narraba las andanzas de cuatro de los mejores hombres del ejercito americano que formaban un comando y que, tras fugarse de la prisión en la que habían sido encerrados por un delito que no habían cometido, sobrevivían como soldados de fortuna.


Los 120 millones de dólares de presupuesto que las productoras Columbia TriStar Pictures, Media Rights Capital, QED International y Sony Pictures Entertainment (SPE) han puesto a disposición de Neill Blomkamp y que triplican a la cantidad de dinero con la que este construyo esa maravillosa fábula distópica titulada “District 9” - a parte de para pagar el sueldo de sus protagonistas y todos los gastos derivados de una superproducción – han permitido que el equipo humano dirigido por el de Johannesburgo estuviese muy bien protegido durante el rodaje de la película en el gigantesco basurero del Bordo de Xochiaca (Ciudad Nezahualcóyotl) y en zonas muy poco recomendables de la Ciudad de México, la capital de uno de los países en los que son mas grandes las diferencias entre ricos y pobres que tanta importancia tienen en el guión firmado por el propio Blomkamp.


Aunque en estos momentos de mi vida cabalgo por los verdes prados de El Eliseo, yo que fui a la conquista del Elysium cuya lengua oficial que es alemán, soy consciente de que el movimiento del mastodontico sistema económico del que – al igual que la mayoría de los mortales – soy un pequeño engranaje cuya rotura no importaría a nadie provocará que nunca conozca la paz mientras combata en ese guerra de clases que se libra a nivel mundial y que, dada la codicia y la avaricia que caracterizan a la raza humana, nunca terminara puesto que cuando triunfe la revolución de los corderos y estos sacien su apetito, más pronto que tarde, con la ferocidad de leones hambrientos no dudarán en destrozar a dentelladas a todos aquellos que intenten coger un trozo del pastel que ellos consiguieron aferrar con sus garras tras derramar litros de sangre, sudor y lagrimas.

lunes, 26 de agosto de 2013

3 - 2 - 1, luces, cámara y ¡rescate de rehenes!


Fue el pasado 10 de Agosto cuando, durante el transcurso de una agradable velada, la bella Xana junto a la que deguste un delicioso cachopo salido de la cocina de El trasgu fartón me invito a que abriera La caja de Pandora en la que guardo mis conocimientos sobre chorradas varias que jamás me darán de comer, e hincara mis dientes en ese apasionante tema que es para mi todo lo relacionado con los servicios secretos.


Y es que, a raíz del parte de guerra que la mencionada dama me dio sobre la trama de "Pandora” y “Avalancha”, decimoquinto y decimosexto episodio de la cuarta temporada de la serie Castle - sin encomendarme ni a Dios ni a El Diablo y a riesgo de aburrir a mi interlocutora – empecé a hablar de las misiones reales llevadas a cabo por el CESID y de las misiones ficticias llevadas a cabo por oscuras organizaciones como aquella a la que pertenecía “La asesina” encarnada por la actriz que - “Hasta que llego su hora” – llamo abuelo a ese grande del cine que dio la vida a la que años después anduvo descalza por el parque con el rubio y atractivo galán en cuyos ojos azules se reflejo el rostro de Tom Bishop, el joven francotirador al que – metido en el traje y la piel del instructor Nathan Muir – le enseño como sobrevivir en el tablero político internacional, ese peligroso escenario en el que – recurriendo al juego sucio – ha ganado tantas partidas la CIA, agencia esta entre cuyos mayores éxitos se encuentra la operación encubierta puesta al descubierto por “Argo”, la película que durante la 85ª Edición de los Premios Oscar fue galardonada con el Oscar a la Mejor Película.



Aunque el hecho de que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas Le(e) concediera el Oscar al Mejor Director al artífice de “La vida de Pi” impidió que la noche del 24 de febrero fuera redonda – o mejor dicho, circular – para Ben Affleck, lo cierto es que haber conseguido que el publico salga muy satisfecho de las salas cinematográficas tras haber permanecido atornillado a la butaca por la emoción y la tensión que ha sabido imprimir a todos y cada uno de los ciento diez minutos de duración de su tercera incursión tras la cámara debería llenar de orgullo y satisfacción al californiano de Berkeley que durante la mañana del 16 de Marzo de 2002 contribuyo notablemente a que yo deseará fervientemente que llegará el Armageddon que me ahorrará el sufrimiento derivado del visionado de la película con la que, junto a otros estudiantes de la EUITI (Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial), fui “torturado” dentro del autocar a bordo del cual, con la falda remangada, fuimos desde Gijón a Bilbao, ciudad esta en la que, tras cruzar las puertas del recinto de la antigua Feria de Muestras, nos maravillamos con el visionado de las maravillas de la ingeniería mecánica expuestas en la 22ª Edición de la Biemh (Bienal Española de la Máquina-Herramienta).


Tras haber empezado con muy bien pie en la industria del cine gracias al Oscar que Matt Damon y él recibieron en 1997 por el guión que permitió a Gus Van Sant domar a "El indomable Will Hunting”, en 2003 la carrera como actor del alter – ego de “Daredevil” estuvo a punto de fracasar estrepitosamente debido en buena medida a la ceguera que le impidió ver que "Gigli" se estrellaría contra la taquilla al igual que los aviones empujados por el Viento Divino se estrellaban contra buques de guerra como los que la mañana del 7 de diciembre de 1941 estaban amarrados en el puerto de “Pearl Harbor”.


Quizás espoleado por la máxima vital “Reinventarse o morir”, cuatro años después, tras decir “Adiós pequeña, adiós” a La Diva Latina a la que le unió una turbulenta relación sentimental y una muy poco satisfactoria relación profesional, Ben Affleck sorprendió a propios y extraños con la adaptación cinematográfica de “Gone, Baby, Gone”, novela esta protagonizada por Patrick Kenzie y Angela Gennaro, una pareja de detectives cuyo lugar de trabajo son los bajos fondos de Boston, la “Ciudad de ladrones” en la que, con el ruido y la furia de las balas vomitadas por sus rifles de asalto, imponía su ley El grupo salvaje del barrio Charleston cuyas correrías son narradas en “El príncipe de los ladrones” y que tomo a sangre y fuego los cines durante los ciento veinte minutos de metraje del soberbio y violento thriller con el que en 2010 el mencionado actor – director comprobó con gran satisfacción que su talento tras la cámara era capaz de conseguir el respeto y las alabanzas de muchos de esos críticos a los que una película protagonizada por él les daba más pánico que la posibilidad de que un misil armado con una cabeza nuclear cayera en manos de esos fanáticos religiosos que con El Corán en una mano y el Kalashnikov en la otra combaten en La Guerra Santa del Siglo XXI cuyo objetivo es aniquilar a Occidente.


Tras los dos notables éxitos que logro gracias a las películas basadas respectivamente en la novela escrita en 1998 por Dennis Lehane, y en la que siete años más tarde provoco que Chuck Hogan se llevara a su casa el Premio Hammett a la mejor novela policiaca, Ben Affleck creyó pertinente que su tercera incursión tras la cámara tuviera como objetivo plasmar en imágenes la trepidante historia real que tuvo lugar en Irán en 1979 y que se detalla en la documentación que veinte años después fue desclasificada por el inquilino de la Casa Blanca cuyas "relaciones inapropiadas" con una becaria provocaron un escándalo que dejo patente la mojigatería e hipocresía de buena parte de la sociedad estadounidense.


A finales de la década de los 70, durante la llamada Revolución Islámica, el pueblo iraní tomo las calles del país para mostrar su descontento con la mala situación económica, política y social. Lo que en principio eran manifestaciones pacificas, poco a poco, gracias en buena medida a los incendiarios discursos que el Ayatolá Seyed Ruholá Musavi Jomeini (1902 - 1989) lanzaba desde su exilio en Neaufle-le-Château (Francia), se convirtieron en violentos levantamientos que acabaron provocando que el 16 de enero de 1979 la Tierra de los Arios fuera abandonada aprisa y corriendo por Mohammad Reza Pahlevi (1919 - 1980) un "títere" de Estados Unidos cuyo nombre artístico era Shahanshah (Rey de Reyes) y que durante treinta y ocho años vivió junto a su familia a cuerpo de rey en el Palacio de Niavarán debido en buena medida al sanguinario Régimen del terror impuesto por su marioneta, la SAVAK (Sazeman-e Ettela'at va Amniyat-e Keshvar), la Organización de Seguridad e Inteligencia Nacional que, asesorada por la CIA y el MOSSAD, y recurriendo al asesinato y a salvajes torturas, aplasto a todos aquellos que se oponían al gran proyecto del llamado Aryamehr (Luz de los Arios): transformar Persia y convertirla en un país moderno mediante un proceso denominado “revolución blanca” y que incluyo una serie de reformas socioeconómicas entre las que estuvieron la expropiación de latifundios, el sufragio femenino, la occidentalización de la sociedad y el recorte de la influencia del Islam.


El hombre de blancas barbas al que siendo niño tantas veces vi arengar a los enfervorecidos miembros de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica y de la milicia Basij que en El Infierno que fueron los campos de batalla donde se libro la guerra entre Irán e Irak (1980 - 1988) ansiaban demostrar que merecían disfrutar de los placeres de El Paraíso, tras el triunfo de la Revolución Islámica y el posterior establecimiento de la República Islámica de Irán, en calidad de Líder Supremo de Irán, tomo como primera medida la creación de los comités de pasdarn (guardianes de la Revolución), auténticos escuadrones de la muerte que, durante las semanas posteriores a la caída del Shah, ejecutaron a los asesinos al servicio de este último, a oficiales del ejercito y políticos afines al antiguo régimen, y a delincuentes comunes y ciudadanos cuya conducta moral se desviaba de la ruta marcada por El Coran.


En ese insoportable clima de ajuste de cuentas, el pueblo iraní, deseoso de que los que habían sido verdugos hasta 1979 pagaran con su vida por los execrables crímenes cometidos, dirigió su ira contra los Estados Unidos de América, la tierra de la libertad donde, con las entrañas devoradas por el cáncer, ese sanguinario dictador que fue El Shah de Persia encontró un agradable refugio que El país de las barras y estrellas puso a su disposición para cumplir así esa “discutible” regla que es expuesta en la película por Hamilton Jordan: Refugiamos a los capullos que están de nuestro lado para que el resto de capullos en sus tronos de capullos sepan que cuando los echen no les quitara el puto bazo un veterinario de camellos del Sinaí.

Cabe señalar en este punto que Kyle Chandler - el actor que da vida al que fuera Jefe de Gabinete de la Casa Blanca durante la primera y única legislatura de Jimmy Carter - encarno también a Joseph Bradley, uno de los personajes principales de «La noche más oscura (Zero Dark Thirty)», película esta que fue una de las ocho derrotadas por “Argo” en la categoría Mejor Película y que arroja luz sobre las “técnicas coercitivas” que, tras las cuatro paredes de oscuras salas de interrogatorio y con el fin de extraer información para capturar a Osama Bin Laden, fueron utilizadas por personal a sueldo de La Agencia nacida el 18 de septiembre de 1946 por orden de Harry S. Truman, el político del Partido Democráta que desde 1945 hasta 1953 ocupo el Despacho Oval de la Casa Blanca.


La tensión entre Irán y el país que el Ayatola Jomeini definió como "El Gran Satán" alcanzo su punto álgido el 4 de Noviembre de 1979, el día que miles de estudiantes iraníes asaltaron la embajada de Estados Unidos en Teherán. Es en mitad del caos que sigue al asalto cuando, tras imponerse la regla de supervivencia “sálvese quién pueda”, seis ciudadanos estadounidenses consiguen escapar dejando atrás a cincuenta y dos compatriotas.


Los seis fugitivos - Bob Anders (Tate Donovan), Mark Lijek (Christopher Denham) y Cora Lijek (Clea DuVall), Lee Schatz (Rory Cochrane) y Joe Stafford (Scoot McNairy) y Kathy Stafford (Kerry Bishé) – pondrán fin a su huida al cruzar las puertas de la casa de Ken Taylor, el embajador de Canadá en Irán al que da vida Víctor Garber, el actor al que Ben Affleck podría llamar “padre político” por haber sido en la pequeña pantalla el padre biológico de Sydney Bristow, la camaleónica agente doble que trabaja para el SD-6 y la CIA y que fue encarnada por Jennifer Anne Affleck “Alias” Jennifer Garner.


Cuando son ya sesenta y nueve los amaneceres que han visto el tronco de los árboles de EEUU rodeados por lazos amarillos con los que el pueblo estadounidense muestra su deseo de que “los suyos” vuelvan a casa sanos y salvos, los responsables del Departamento de Estado marcan el numero de teléfono de Antonio J. Méndez (Ben Affleck), un agente de la CIA experto en extracción y rescate de rehenes al que piden asesoramiento para elaborar un plan que permita a los seis fugitivos mencionados anteriormente escapar de Irán.


Tras oír un montón de planes disparatados entre los que se incluye proporcionar bicicletas a los seis fugitivos para que estos recorran los cientos de kilómetros que hay hasta la frontera entre Irán y Turquía, Tony Méndez encuentra una posible solución a la crisis de los rehenes mientras ve la televisión.

Y es que durante el visionado de “La conquista del planeta de los simios” empieza a tomar cuerpo en su cabeza un plan que consiste en hacer pasar a los seis fugitivos por miembros de una productora de cine canadiense que dados los paisajes exóticos y desérticos de Irán buscan en este país localizaciones para rodar una película de ciencia – ficción.


 Convencido de que dicho plan puede tener éxito debido a que todo el mundo sabe que las productoras hollywoodenses con tal de hacer taquilla estarían dispuestos a rodar con Pol Pot en Stalingrado, Tony Méndez, con la intención de hacerlo realidad, solicita la ayuda de John Chambers (1923-2001), un maquillador a sueldo de la Fox al que da vida John Goodman, y que en 1968 gano el Oscar por el maquillaje de "El planeta de los simios" gracias a los conocimientos que, como protésico dental y corporal, perfecciono en el Fitzsimons Army Medical Center, el hospital en el que creo ojos, manos, piernas y narices para los soldados que durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial sufrieron graves heridas que les desfiguraron y/o provocaron que fuera necesario amputarles partes de su cuerpo.


Dada la importancia capital que tiene el capital monetario a la hora de realizar una producción cinematográfica Tony Méndez y John Chambers unen sus fuerzas para conseguir que un productor les de el dinero necesario para realizar una película que no se filmara pero que podría salvar la vida de seis personas.

Aunque piensa que hay misiones suicidas del ejército cuyas probabilidades de éxito son mucho mayores que las del plan ideado por Méndez, afortunadamente para este último, el productor Lester Siegel pondrá su experiencia y unos cuantos millones de dólares al servicio de la farsa salvadora.

El personaje encarnado por Alan Arkin, según palabras de Chris Terrio, el autor del guión de la película - galardonado con el Premio Oscar e inspirado en el libro “The Master of Disguise” escrito por el propio Méndez y el artículo ‘The Great Escape’ que Joshuah Bearman escribió para la revista Wired Magazine – es “Una composición de muchas personas, desde productores actuales que he conocido a legendarios personajes que llegaron a Hollywood y emplearon su astucia para triunfar”.


Tras recibir el visto bueno del Departamento de Estado, Tony Méndez, con objeto de llevar a cabo su descabellado plan de rescate, toma un avión con rumbo a Turquía mientras retumba en su cabeza “Si sale algo mal La Agencia no te reclamará, y ten por seguro que si te cogen no llegaras vivo a la cárcel”, alentadoras palabras estas que salen de los labios de su buen amigo Jack O'Donnell, el subdirector de la CIA al que da vida Bryan Cranston, el actor mundialmente famoso por da vida al extremadamente inflamable Walter White.


Al llegar al país donde en la actualidad, y como aviso a navegantes los criminales y los pecadores que no cumplen los preceptos de El Corán, son colgadas en grúas ante los ojos de los cientos de personas que se dan cita en la plaza pública, el nacido en la tierra donde hace siglos imperaba “La ley de la horca” deberá emplearse a fondo para conseguir que los seis fugitivos hagan la mejor interpretación de su vida y sigan a rajatabla el guión expuesto en el plan ideado por él y que es lo único capaz de impedir que sean detenidos y posteriormente ejecutados.


El éxito de la misión llevada a cabo por Tony Méndez – a parte de provocar que este último recibiera en 1980 la Estrella al Valor de Inteligencia y que en 1997 John Chambers fuera condecorado con la mayor distinción civil que otorga la CIA a cualquier ciudadano estadounidense – dio la razón a todos aquellos que afirmaban que a la hora de resolver crisis como la que aborda la película hoy reseñada es mejor recurrir a la inteligencia que a la fuerza de las armas, circunstancia esta que había quedado de manifiesto el 5 Septiembre de 1972, el día que ocho miembros del grupo terrorista Septiembre Negro ejecutaron a nueve miembros del equipo olímpico israelí cuando la Policía Federal Alemana intento rescatarlos durante una operación pésimamente planificada que dejo clara la poca efectividad de la policía tradicional y provoco que tiempo después fuera creado el GSG 9 (Grenzschutzgruppe 9; Guardia Fronteriza, Grupo 9) una unidad de operaciones especiales que hoy en día esta entre los mejores grupos antiterroristas del mundo.


En resumen, visto lo visto, dado que en estos días son demasiadas las películas salidas de la maquinaría hollywoodense que consiguen que deseemos lo peor al personal que se encArgo de la producción, la dirección y la interpretación, bien se podría afirmar que sería un crimen no dedicar ciento veinte minutos de nuestra vida a disfrutar del emocionante y entretenido thriller político hoy, el cual - a parte de mostrar brillantemente como decisiones políticas tomadas por gente importante tras la mesa de confortables y seguros despachos puede cambiar para siempre la vida de gente corriente - esta a la altura de “Desaparecido” (1982), “Bajo el fuego” (1983), “El año que vivimos peligrosamente” (1983) y “Los gritos del silencio” (1984).


jueves, 15 de agosto de 2013

Cuando cese el fragor de la Guerra “Inmortal” este miembro de “La vieja guardia” tendrá motivos para Llorar


“Los poetas han muerto” esta triste noticia transmitida por la potente voz de Ramón Lage llego a mis oídos el 9 de Abril de 2003 horas después de que mis ojos vieran como la gigantesca estatua de Saddam Hussein sita en la Plaza Al Firdus era derribada por uno de los setenta tanques Abrams M1 que apoyaron a los infantes del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos de América durante la conquista de la ciudad iraquí en la que el 23 de septiembre del año 965 murió el poeta Abū al-Tayyib Ahmad ibn Husayn al-Mutanabbī.


Aunque los posteriores discos publicados con su tercer cantante quebraron el silencio de mi habitación en muchas más ocasiones que Los poetas han muerto lo cierto es que este último conquisto un gran trozo de mi humilde corazón debido en buena medida a que, ocho años después de su publicación (10 de Marzo de 2003), fueron muchas las veces que en mi ipod reproduje el video “Alborada”, una preciosa balada extraída del cuarto disco de estudio de AVALANCH y que, a parte de poner los pelos como escarpias a los que el 12 de Julio de 2008 vieron a la mencionada banda Caminar sobre el agua en el recinto de la Semana Negra de Gijón, puso la banda sonora a las horas durante las que pensaba en «La hermosa dama que llego de la ciudad que vio nacer al guitarrista Axel Rudi Pell», esa buena amiga de cuya risa estaba enamorado y dueña del cuerpo de mujer que, desde el bendito día en el que se AVALANCHo sobre mí, surco a bordo del galeón pirata al que empujan los “Vientos del sur”.


Por si fuera poca la alegría aparejada a la celebración del primer año y medio vivido junto a la que provoco el fuego que poco a poco fue “Devorando el corazón” del True Metal Warrior que esto escribe, Maldito Records y Jaus Records estimaron pertinente que el 8 de Agosto de 2013 fuera también la fecha de lanzamiento del octavo disco de estudio de WarCry, banda creada a mediados de 2001 por Victor García, el hombre cuyo rostro fue surcado por el "Llanto de un héroe" y al que meses antes Alberto Rionda, líder de AVALANCH, hizo saber que, a pesar de que con su gran trabajo vocal había contribuido a que “El Ángel Caído” rozará con sus dedos El Cielo, nunca más volvería a ser el reportero de guerra encargado de informar al respetable público sobre la tormenta de acero que tuvo lugar un día de 722 y durante la cual las nubes que moraban en el cielo sobre Covadonga quisieron ser piedra para ayudar a los poco mas de 300 guerreros que liderados por “Pelayo” se enfrentaron a los miles de sarracenos al mando de Al Qama.


Aunque a lo largo de estos últimos doce años las eufemísticas “diferencias creativas” han provocado varios cambios en su formación lo que se ha mantenido intacto ha sido el sonido que hace aún mas grandiosas las épicas canciones compuestas por Víctor García y entre las que se encuentran las que, el día que celebre el trigésimo quinto año de rodaje de mi particular película de “Arte y ensayo”, hicieron acto de presencia en la carta de cumpleaños que me dedico «La admiradora de la obra de Lope de Vega y Carpio» que firmo junto a mi “La carta del adiós” que entregamos a nuestros familiares más cercanos el 24 de Octubre de 2012, el día que - espoleados por el grito “Hacia delante” y poseídos por el espíritu aventurero del "Capitán Lawrence" y los otros cuatro exploradores que el el 4 de enero de 1912 emprendieron una arriesgada expedición cuyo objetivo era alcanzar el Polo Sur y asegurar al Imperio Británico el honor de la proeza – devoramos las millas que nos separaban de Bochum, la ciudad alemana perteneciente al Estado de Renania del Norte-Westfalia y que esta a pocos kilómetros de distancia de la que vio nacer al castigador y rebelde Udo Dirkschneider, ese pequeño gran hombre que el 21 de Enero de ese año baño con su potente chorro de voz a los que se dieron cita en el Palacio de Deportes de Vistalegre (Madrid), el recinto elegido por WarCry para grabar "Omega", el DVD con el que cincelaron en La Eternidad buena parte de los himnos que tantas veces sonaron en mi cadena musical.




Aunque todos aquellos que han hecho parada y fonda en Finlandia han afirmado con rotundidad que ver el Parque Nacional de Oulanka iluminado por la “Luz del Norte” es uno de los espectáculos mas bellos que el ser humano puede contemplar, lo que llevo a WarCry hasta tan lejanos parajes fue la reputación de Finnvox Studios, estudio musical ubicado en Helsinki y en el que la banda asturiana – tras grabar las canciones en los Estudios Distrito Federal propiedad del productor Daniel Sevillano – dejaron que el sonido del mismo fuera mezclado y masterizado por los ingenieros de sonido que dieron vida a la “Nemesis" de Stratovarius e hicieron realidad el imaginario mundo salido de la fértil mente del líder y creador de Nightwish.


Aunque hasta la fecha los miembros de esa unidad de choque cuyo canto de guerra es Warriors Of The World United ya tenían suficientes motivos para gritar a los cuatro vientos “¡Oír y ver a WarCry en directo durante más de dos horas es uno de los mayores placeres de La Vida!”, la mencionada banda puede tener por seguro que serían muchos los que pasarían por taquilla única y exclusivamente para verles y oírles descargar durante trescientos dieciséis segundos “Quiero Oírte”, tema este con el que dan comienzo a las hostilidades sonoras, y en el que Víctor García presta su voz a Morta, una de las tres Parcas que controlaban el metafórico hilo de La Vida de cada mortal, y que busca entre los asistentes a un concierto de heavy – metal a la persona que, gracias a la pasión que muestra y que le diferencia del resto de la gente, merece seguir capitaneando ese barco vital suyo que, como todos aquellos a bordo de los cuales van el resto de los mortales, surca los mares vitales navegando “Contra el viento.




Aunque el sabio Johann Wolfgang von Goethe afirmo “La venganza más cruel es el desprecio de toda venganza posible”, lo cierto es que es muy difícil seguir lo dictado en dicha máxima vital cuando uno ha sufrido tanto como aquellos que durante los días de dolor que siguieron a la noche de los cristales rotos (Die Reichskristallnacht) fueron victimas de la brutalidad de las bestias de dos patas que gracias a sus execrables crímenes mancillaron el nombre de la patria del poeta, novelista, dramaturgo y científico que contribuyo a la puesta en marcha de ese movimiento cultural y político denominado: El Romanticismo.


“Was mich nicht umbringt, macht mich stärker” (Lo que no me mata, me hace más fuerte) este aforismo que aparece en la obra Götzen-Dämmerung (El Ocaso de los Ídolos) escrita en 1887 por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, seguramente hizo acto de presencia en la mente de todos aquellos que salieron vivos de esas sucursales de El Infierno en La Tierra que eran los campos de concentración, doce de los cuales, a lo largo de cuatro años, tuvieron como huésped a Simon Wiesenthal (1908 –2005); el hombre que tras la liberación del el campo de concentración de Mauthausen-Gusen por parte de la 11ª División Acorazada del Ejército de los EE UU (5 de mayo de 1.945) puso en marcha su particular venganza personal, una “Venganza” a la que pone música el segundo corte del disco reseñado, y cuyo mayor éxito tuvo lugar nueves años después, el día que localizo e identifico en Buenos Aires a Karl Adolf Eichmann, uno de los principales ingenieros de la Solución final al problema judío (Endlösung der Judenfrage, en alemán) y que el 11 de mayo de 1960 – durante la Operación Garibaldi – fue capturado por un comando del HaMossad leModi'in v'leTafkidim Meyuhadim (Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales) que posteriormente lo llevo a Israel, país este en cuya capital el que fuera Teniente Coronel de las SS rindió cuentas ante un tribunal que lo juzgo por crímenes contra la Humanidad, y que, al fin y la postre, dicto la sentencia por cortesía de la cual el 31 de mayo de 1962, en la prisión de Ramala, una corbata de cáñamo puso fin a su vida.


Ya por la ciudad de Burgos el Cid Ruy Díaz entró.
Sesenta pendones lleva detrás el Campeador.
Todos salían a verle, niño, mujer y varón,
a las ventanas de Burgos mucha gente se asomó.
¡Cuántos ojos que lloraban de grande que era el dolor!
Y de los labios de todos sale la misma razón:
"¡Que buen vasallo sería si tuviese buen señor!"

La frase con la que se cierra este extracto del poema dedicado al “Legendario” guerrero que en el año 1081 fue desterrado de Castilla por Alfonso VI tras haber conquistado para el hermano de este las tierras que estaban en manos del invasor que llevaba Media Luna en su estandarte, sin lugar a dudas también podría haber salido de las gargantas de los que el 18 de marzo de 1314, en la Isla de Bouviern “Isla de los Judíos”, fueron testigos de cómo en la hoguera dispuesta con leña verde y ubicada frente a la Catedral de Nôtre Dame, eran devorados con el fuego de El Infierno las carnes mortales de esos cuatro Soldados de El Cielo que eran Godofredo de Charney (Maestre en Normandía), Hugo de Peraud (Visitador de Francia) y Godofredo de Goneville (Maestre de Aquitania) y Jacques de Molay (32 Soberano Maestre de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén).


Es precisamente este último el que ha sido La Musa que ha inspirado la composición de “La Maldición del Templario”, y es que, como su título indica, dicho tema hace referencia a las palabras envenenadas con la furia de las saetas sarracenas que antes de morir El último Templario lanzo contra el Papa Clemente V y Felipe IV de Francia, los autores del complot que puso fin a La Orden a la que pertenecían los Monjes Guerreros que entre la sangre, la muerte, los gritos y el dolor se sentían bien.

“Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir.” “Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!… A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año…”

Encuentras alguien y no sabes el por qué
te agrada, le comprendes e incluso le ves
como si siempre hubiera sido parte de ti,
estando juntos soy un poco más feliz

Este extracto de la canción “Siempre” plasma lo que se siente cuándo hace acto de presencia en nuestra vida esa mujer a la que, gracias a nuestra “Alma de conquistador”, mucha paciencia y una correcta estrategia militar, conseguimos convertir en nuestra compañera de armas, en esa fiel aliada por la que poseídos por el “Coraje” de los miembros del Kommando Spezialkräfte (Comando de Fuerzas Especiales), en cualquier momento y en cualquier lugar, llevaríamos a cabo las misiones más de combate más arriesgadas, y que si nos convirtiera en los destinatarios de “El más triste adiós” provocaría que, como si fuéramos un niño desvalido, acabáramos llorando en un rincón.


En ese duro campo de entrenamiento militar que es La Vida, gracias a la “Amistad“ recibimos los mejores informes de la calidad humana de aquellos que combaten junto a nosotros en el campo de batalla, y es que gracias a esa difícil prueba de obstáculos podemos desenmascarar a todos aquellos que, a parte de no merecer el impecable comportamiento que tuvimos con ellos, no son dignos de respirar el mismo aire que respira el “Grupo salvaje”, ese del que forman parte todos aquellos que, por muchos años que pasen y por mucho que cambies, no dejan de darte motivos para que, si fuera pertinente, no dudes ni un segundo en cruzar junto a ellos Las Puertas del Infierno.

Mientras que a la nariz del protagonista de “Huelo El Miedo” llego el olor que emanaba el hombre del que había sido amigo y al que iba a matar por robarle todo lo que tenía y que gustosamente habría compartido con él, yo a punto estuve de vomitar cuando mis fosas nasales fueron conquistadas por el recuerdo del nauseabundo hedor desprendido por la podredumbre moral de tres personajes que, a pesar de haber recibido lo mejor de mi, me convirtieron en su mas odiado RIVal y, sin encomendarse ni a Dios a El Diablo, escupieron contra mi su veneno por culpa de esa “Traición sin límite” que fue para ellos el simple echo de que me desviará del “Camino a la Perdición” trazado por ellos.


En estos tiempos en los que, en mayor o menor, todos y cada uno de nosotros cometemos ese pecado que consiste en echarle la culpa al mundo de nuestros problemas y de nuestras erróneas decisiones, bien se podría afirmar que “Elección” es políticamente incorrecto, y es que el hombre de cuya garganta salen las estrofas de dicha canción, y que va rumbo a la prisión donde pagara por un crimen que cometió dominado por su parte animal, en lugar de cargar sobre los hombros de otros el peso de su culpa asume esta haciéndonos ver de paso que no tendremos autoridad moral para juzgar a los que nos juzgan hasta que nosotros mismos no nos hayamos juzgado severamente y asumido que nuestros delitos y faltas son culpa única y exclusivamente de nosotros.


Aunque los violentos enfrentamientos que desde el pasado 3 de julio están manteniendo el ejército egipcio y Los Hermanos Musulmanes, y que ya han causado centenares de muertos, provocarán que durante las próximas semanas el depuesto presidente islamista Mohamed Mursi y el presidente de transición Adli Mansur sean conocidos en el mundo entero, lo cierto es que ninguno de los dos conseguirá llegar a ser inmortal, “privilegio” este que si conquisto Jufu, segundo faraón de la cuarta dinastía del Imperio Antiguo de Egipto., y que es mundialmente conocido como “Keops”.


Aunque el octavo tema disco toma su título del nombre griego del que durante su reinado (2589 - 2566 a. C.) ordeno construir La Gran Pirámide de Guiza, lo cierto es que, por sorprendente que parezca, a Víctor García la inspiración para componerlo le llego del espacio exterior y no de las ardientes arenas del desierto egipcio, y es que, tal como confeso en una reciente entrevista concedida a la web rafabasa, empezó a escribirlo tras ver un episodio de Battlestar Galactica, serie de ciencia ficción que traslada al espectador hasta un lejano lugar de la galaxia en el que se desarrolla una encarnizada guerra entre una avanzada civilización humana y los Cylons, seres ultraevolucionados, inmortales, clónicos y apasionados y que son el último y definitivo logro de la humanidad.


A pesar de que Víctor García nació un día de junio de 1970 en Brisbane, la ciudad australiana a la que en busca de un futuro mejor emigraron sus padres emulando a los colonos ingleses que siglos atrás se lanzaron a la conquista de el “Nuevo Mundo”, tal circunstancia no impidió que 2004 realizará un emotivo tributo musical a “Iberia”, la tierra en la que grandes imperios que tuvieron el mundo en sus manos sucumbieron ante a la fiereza de los hombres y mujeres que, a lo largo de la historia, antes que vivir como esclavos prefirierón morir como heroés en las batallas durante las que se enfrentarón a las legiones del Imperio Romano, los fieros guerreros musulmanes y la Caballería Napoléonica.


Repitiendo la jugada y esquivando con maestría el nacionalismo - ese rancio sentimiento que, tal como bien apunto Mario Vargas Llosa, "es un sinsentido que convierte en valor supremo, en privilegio moral y ontológico, la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento" - el australiano de nacimiento y español de adopción ha puesto fin a la vida del disco Inmortal en “Mi tierra”, una preciosa canción con toques celtas en la que hace un precioso homenaje a Asturias, ese paraíso natural bañado por un rudo mar y cuyos prados de verde inmortal tantas veces al año son bañados por la lluvia que mezclada con la tierra formaba el barro en el que siendo niño dejaba mis huellas con la esperanza de que dicho acto tuviera su eco en La Eternidad…



Resumiendo: Quince años después de que, siendo integrante de AVALANCH, compusiese “Aquí Estaré”, toda una declaración de intenciones en la que dejaba patente que, le fuera mal o le fuera bien, hasta su último aliento seguiría ondeando el estandarte del Heavy – Metal, Víctor García puede tener por seguro que WarCry solo morirá cuando deje de latir el corazón del último miembro vivo de “La vieja guardia”, esa orden formada por hijos de un viejo Dios al que el tiempo su nombre borró, y que, tras oír Inmortal y los discos que precedieron a este, tienen muy claro que, todos y cada uno de los músicos que forman y formaron parte de la banda, conquistaron el más bello premio que hay: “El trono del metal”.



sábado, 3 de agosto de 2013

弱い私たちは私たちが一番好き、もっと嫌い私たちに強くなります (Lo que más amamos nos hace más débiles, lo que más odiamos nos hace más fuertes)


En 1980, décadas antes de que “El pájaro espino” confesara que era devorado por el fuego de la pasión al ver volar a los gavilanes, las féminas españolas cuyos oídos habían sido agasajados con el dulce canto del trovador que no sabia si era “Gavilán o paloma” se derretían al ver reflejados en sus ojos al actor californiano que en la pantalla grande fue en busca del oro que albergaba las entrañas de “Las minas del rey Salomón” tras ganar un buen puñado de dólares gracias a su intervención en la adaptación televisiva de las novelas más famosas de Colleen McCullough y James Clavell.


El escritor australiano que moro durante una temporada en una sucursal de El Infierno construida por los japoneses contra los que combatió y que nos llevo hasta “El último valle” para mostrarnos a través del objetivo de su cámara cinematográfica como un pequeño trozo de cielo era mancillado por Perros de La Guerra que mataban y morían en nombre de Dios, dio vida en 1975 a John Blackthorn, el navegante ingles al que años después encarno Richard Chamberlain y a través de cuyos ojos, a parte de ver el sufrimiento de un hombre que limpio su honor con la sangre que tiño de rojo el blanco papel de arroz que envolvía la hoja del tantō con la que atravesó su abdomen de lado a lado, derrame lagrimas de dolor mientras el fuego devoraba el cadáver de Mariko Buntaro – Toda.



A pesar de que han transcurrido treinta años desde entonces, como si fueran cicatrices que recuerdan la poco cariñosa caricia de la afilada hoja de una Katana, en mi memoria sentimental aún están grabadas esas dos escenas, escenas estas que tuvieron buena culpa de que tiempo después recorriera la senda del samurai para saber mas del país que impacto tanto al protagonista de Shogun, serie esta gracias a la cual – en aquellos días en los que Wikipedia no existía – los de Occidente aumentaron sus conocimientos sobre la historia, la cultura y las tradiciones del país que fue fundado en el siglo VII a. C. por Kamuyamato – iwarebiko – no – mikoto, el simple mortal al que apodaron como Jinmu - Tennō (Guerrero Divino) los escribanos que con tinta negra trazaron sobre un papiro los enrevesados caracteres que dieron forma al Kojiki (Historia de cosas antiguas, 712) y el Nihon Shoki (Anales de Japón, 720).


Cinco meses antes de la batalla que libraré junto a los “47 Ronin” liderados por “El pequeño Buda”, y que será precedida por el canto de guerra ¡Desperta ferro, la espada cara al Sol Naciente! Soy un samurai sin amo y es mí camino la senda del honor - acompañado por «La Filóloga Hispánica que se licencio con honores en la patria del lobo estepario», y agarrado a una de las afiladas garras de Lobezno – he regresado al país donde, seppuku mediante, murio “El último samurai”, más concretamente a la inmensa urbe en la que, mientras mi rostro era bañado por las luces de neón que se reflejaban en los charcos que había dejado la “Lluvia negra”, perseguí a un peligroso y sanguinario soldado tatuado de la “Yakuza”, esa ancestral y poderosa organización criminal cuya garra de hierro, “Ataque frontal” mediante, fue cercenada en 1991 por un duro policía que evito que abriera una sucursal en Los Ángeles.


Tras mostrarnos – trilogía X – Men mediante – que era un buen jugador de equipo, Marvel Enterprises y Twentieth Century Fox Film Corporation decidieron multiplicar las ganancias obtenidas con dicha saga llevando a cabo la realización de una serie de películas sobre los días en los que vagaba como un lobo solitario el personaje de comic que fue creado en 1974 por Len Wein, Herb Trimpe y John Romita Sr., y que cuarenta años después sigue estando en plena forma y sediento de sangre.


Mientras que “Lobezno” arrojaba luz sobre los acontecimientos que precedieron a la unión de James Hudson Howlett con los X – Men, “Lobezno Inmortal” se centra en la nueva y tormentosa etapa vital que dicho mutante comenzó tras esa dramática decisión final que provoco que – haciendo buen uso de sus afiladas garras de adamantium – partiese la cadena de acero que le unía a la asociación sin animo de lucro que el Profesor Charles Francis Xavier creo con dos objetivos bien distintos: proteger a los humanos de mutantes malvados, y defender a los mutantes del odio que sentían hacía ellos todos esos humanos que los veían como peligrosas y extrañas criaturas que deberían estar encerradas.


Dado que en 2009 Gavin Hood no dio en la diana y ni al público ni a la critica les convencio la película que realizo sobre los origenes del mutante que ha hecho inmensamente rico a Hugh Jackman, con la esperanza de que la segunda si fuera buena el elegido para llevarla a cabo ha sido James Mangold, un versátil y reputado director que anteriormente ya había tenido delante de su cámara al actor australiano de Sidney (“Kate & Leopold”), y que, a parte de provocar que Joaquín Phoenix cayera de la cuerda floja y acabará en brazos de el Tío Oscar, consiguió que, en tierra de policías, el actor que encarno a un duro Boina Verde para el que El Infierno creado por La Guerra era un calido hogar, demostrase que también podía dar vida a un tipo vulnerable en cuyo alma había una herida que – a diferencia de las que formaban parte del botín de guerra de John Rambo – no cicatrizaría nunca a pesar de que se apretara sobre ella la hoja de un cuchillo de combate calentada al rojo vivo.


Christopher McQuarrie, autor material del guión de la extraordinaria “Sospechosos habituales” – tomando como base la miniserie de comics realizada por el escritor Chris Claremont y el dibujante Frank Miller en la que Lobezno afirmaba “Soy el mejor en lo que hago, pero lo que hago no es muy agradable” – ha escrito una historia que nos muestra al mencionado mutante librando una encarnizada guerra contra los demonios que le atormenta desde el día que puso fin a la vida de su amada y que se han unido a los que desde hace siglos le acompañan por El Valle de Las Sombras, ese inhóspito lugar que en el que ha descubierto que La Vida Eterna tiene un precio, un precio que no merece la pena pagar tal como comprobó en sus carnes Connor MacLeod, el guerrero escocés al que - antes de que perdiera la cabeza y encerrara en una “Fortaleza Infernal” a su prestigio profesional - encarno Christopher Lambert.



Y es que ¿quién quiere vivir para siempre si a cambio de ello debemos enterrar a los que nunca quisiéramos ver morir?



Décadas antes de participar en la guerra civil que enfrento a los superhéroes del Universo Marvel a raíz de la Ley de Registro de Superhumanos promulgada por el Gobierno de los Estados Unidos de América, Lobezno fue uno de los cientos de miles de soldados norteamericanos que intervinieron en la campaña del Pacifico, ese crucial capítulo de la II Guerra Mundial que toco a su fin el 2 de Septiembre de 1945, el día que, a bordo del acorazado USS Missouri (BB-63), "Por Orden y en nombre del Emperador del Japón y del Gobierno Nipón", el General Yoshijirō Umezu, Jefe del Mando General Militar y el Ministro de Relaciones Exteriores Mamoru Shigemitsu firmaron el Acta de Rendición de Japón; documento este con el que acataban su derrota frente al país cuyo presidente en aquellos días – tras llegar a la conclusión de que no podría soportar sobre su conciencia esa terrible carga que sería enterrar a miles de infantes del Cuerpo de Marines – decidió que la única forma de aplastar a la nación que vio nacer y morir a los kamikazes a los que el viento divino empujo hacia una muerte segura era desatar El viento de Dios, nombre este que un dentista japonés dio a las detonaciones que acabaron de un plumazo con el conflicto armado mencionado anteriormente.


El 9 de agosto de 1945, El Fuego del Infierno que alberga en su panza el dispositivo nuclear apodado Fat Man y lanzado sobre Nagasaki por el bombardero B-29 Bockscar, por fortuna para un joven oficial japonés llamado Yashida (Haruhiko Yamanouchi) será frenado por la hercúlea espalda de Lobezno, uno de los prisioneros de guerra a los que custodiaba y al que, tras sobreponerse del impacto que le ha provocado ver como se regenera su carne abrasada, le hace saber que hasta el día de su muerte su lealtad hacía él será tan inquebrantable como el acero de la hoja de su sable.


Casi setenta años después del día que volvió a nacer gracias al hombre que respondía al nombre de Logan, Yashida, consciente de que le queda poco tiempo de vida, encarga a la joven Yukio (Rila Fukushima) que encuentre a su salvador y lo lleve hasta Tokyo para que él allí pueda darle el mayor regalo que puede recibir un hombre cuya inmortalidad, debido a todo lo que ha sufrido, se ha acabado convirtiendo en una maldición.


Lo que empieza siendo una visita de cortesía se acabará convirtiendo en una peligrosa aventura cuándo se desencadenen una serie de acontecimientos que, entre otras cosas, provocarán que el antihéroe protagonista de la función sea poseído por la furia de Los Berserkers, esos fieros guerreros vikingos que según la mitología nórdica combatían con sus fornidos cuerpos cubiertos con pieles de oso y sus facultades mentales alteradas por culpa del consumo de hongos alucinógenos mezclados con cerveza.


"Estoy cansado de cómo me miran mis hijos, y estoy cansado de que tú no me mires" esta frase disparada ante el objetivo de la cámara de James Mangold y mediante la cual el granjero Dan Evans (Christian Bale) explicaba a su esposa la razón por la cual iba a tomar parte de esa misión de audaces que supondría para un tullido como él llevar al peligroso pistolero Ben Wade (Russell Crowe) hasta la estación donde esperan a este los servidores de la ley que, a bordo de “El tren de las 3:10”, lo llevarán hasta la prisión de Yuma donde será ahorcado, sintetiza en pocas palabras como un pequeño “objetivo” puede conseguir que el soldado que todos los hombres llevamos dentro salga al campo de batalla para conseguirlo o al menos morir con honor.


Dado que, a pesar de que es tan veloz como un lobo hambriento, es incapaz de huir del dolor provocado por los actos cometidos – al igual que le ocurrió a Evans cuándo Wade hizo parada y fonda en Contention City (Arizona) - Lobezno, bajo el cielo sobre esa inmensa y luminosa urbe diametralmente opuesta a la oscura cueva en la que le encerró su autocompasión, a parte de demostrar sus letales habilidades durante los encarnizados combates cuerpo a cuerpo que librará contra los guerreros fantasmas que visten de negro, tendrá la oportunidad de derrotar a sus propios fantasmas, esos que le torturan valiéndose de una dulce voz femenina que le susurra al oído que nunca ha sido un héroe y que jamás podrá impedir que sufran los que osen amarlo o darle razones para dejar de ser un lobo solitario.


En resumen, una película “diferente” que dejo sin palabras a mi acompañante, a La mujer maravilla que cierta noche de Abril de 2011 – bajo la luna llena a la que aullaban los lobos – provoco que me sintiese tan fuerte y valiente como el héroe al que ambos admiramos, y, sobre todo y ante todo, que Los Demonios & Los Fantasmas que me atormentaban fueran decapitados por la afilada hoja de una espada samurai…